China.org.cn:

Durante la celebración de la Quinta Cumbre de las Américas, muchos países creen que Cuba debió participar. Qué nos puede decir al respecto?

Embajador de Cuba:

La Quinta Cumbre de las Américas refleja de una manera muy clara los nuevos momentos que se están viviendo en América Latina y el Caribe. La manera en que ya Estados Unidos no está logrando imponer sus políticas de aislamiento contra Cuba y cómo de forma abierta la mayoría de los países de la región le reclaman a Obama un cambio de políticas hacia Cuba.

A pesar de la propia exclusión de Cuba de este mecanismo y el hecho de que el gobierno de Estados Unidos hizo todo lo posible para que el tema de Cuba no ocupara el espacio central de los debates, realmente hay que decir que al gobierno norteamericano no le quedó otro remedio que afrontar, en su intercambio con los países latinoamericanos, la cuestión cubana.

Realmente esta situación los llevó a presentar al mundo la verdad sobre un grupo de medidas que habían sido anunciadas previamente por la administración norteamericana, vinculadas con los viajes de los cubanos norteamericanos a Cuba y al envío de remesas de estos a sus familiares en Cuba y que fueran presentadas como un verdadero primer paso de la parte norteamericana en una suerte de normalización de las relaciones con Cuba.

Trataron de hacerle creer al mundo que ese era un proceso que ya estaba en marcha y que, entonces, correspondía a Cuba dar los pasos o los gestos que permitieran darle continuidad a ese proceso, como si fuese Cuba la que estuviera manteniendo un bloqueo contra los Estados Unidos. Y yo diría que el resultado final fue que, efectivamente, Estados Unidos no pudo conseguir crear esa matriz de opinión, y tuvo que cargar con la realidad, apoyada por la mayoría de los países presentes, de que no era a Cuba a quién le tocaba cambiar esa política sino que esos pasos correspondían al gobierno de los Estados Unidos porque esa política suya es algo que ya no se justifica bajo ningún concepto.

Yo diría que un buen resultado o un resultado concreto que avala esto que acabo de decir fue justamente la declaración final de esta cumbre, que no logró el consenso entre todos los participantes. Los países miembros del ALBA, tanto Venezuela, Nicaragua como otros países miembros, se negaron a la firma de esta declaración porque no recogía un grupo de pronunciamientos clave sobre la política norteamericana hacia nuestra región y específicamente hacia Cuba. Específicamente, no recogía ninguna mención sobre el bloqueo norteamericano contra Cuba, lo cual, de por sí, era el principal tema que se estaba debatiendo en esa cumbre.

Por lo tanto uno de los principales resultados de esta cumbre ha sido justamente la confirmación de que la política norteamericana hacia Cuba ha resultado un fracaso, y que debe ser cambiada cuanto antes. Yo añadiría a eso, respondiendo a la pregunta sobre el interés de Cuba de participar en un escenario de este tipo, que hay que recordar que Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos a partir de las presiones norteamericanas casi en los primeros meses posteriores al triunfo de la revolución cubana. Me refiero al hecho de que esa es una cumbre organizada por la OEA, y aunque es cierto que hay un grupo de países latinoamericanos que han pedido el retorno de Cuba a la OEA, Cuba no tiene ninguna prisa, no tiene ningún interés en volver a la OEA.

Nosotros apreciamos de manera sincera los gestos de la mayoría de los países latinoamericanos que cada vez presionan más para que Cuba sea reaceptada en esta organización, pero nosotros pensamos que esta es una organización que hoy no representa los intereses de América Latina y el Caribe, es una institución anacrónica, que está desprestigiada, porque son muchos años en los que esta organización, patrocinada por los Estados Unidos, prácticamente ha servido para enmascarar toda clase de crímenes cometidos en America Latina, para apoyar golpes de estado e invasiones norteamericanas a muchos países de la región, por lo que no creemos que sea una organización que goza de prestigio, todo lo contrario, es una organización que ya no representa la nueva América Latina y el Caribe que hoy estamos viviendo.

Nosotros pensamos que ese nuevo momento que se está viviendo en America Latina y el Caribe aún no ha llegado a la OEA, la OEA debe cambiar para ajustarse a este nuevo momento, que es totalmente distinto a décadas anteriores cuando Estados Unidos siempre conseguía imponer sus intereses.