La limitación de la producción nacional y la previsible reducción de las exportaciones argentinas de trigo crearán problemas en el abastecimiento de ese cereal en Brasil, dijeron hoy técnicos del área agrícola.

De acuerdo con el responsable por el área de trigo de la Empresa de Asistencia Técnica y Extensión Rural (Emater) de Rio Grande del Sur, Ataídes Jacobsen, la zona plantada en ese estado sufrió una reducción del 11 por ciento este año.

Debido a la sequía que afecta a la región del estado conocida como "granero", en el noroeste de Rio Grande del Sur, la superficie plantada se redujo a 865.000 hectáreas y la producción se limitará a un millón 720.000 toneladas, en lugar de los 2,2 millones de toneladas de 2008.

Por otra parte, el aumento del plantío de trigo en el estado de Paraná, el mayor productor del país, apenas será suficiente para compensar esa reducción en el segundo mayor productor.

Según Otmar Hubner, del Departamento de Economía Rural (Deral) de Paraná, la superficie cultivada llega este año a un millón 170.000 hectáreas y la producción debe oscilar entre 2,94 y 3,25 millones de toneladas.

En total, la producción de trigo en todo Brasil no debe superar los seis millones de toneladas, ante un consumo nacional cercano a los 11 millones de toneladas, lo que hace imprescindible la importación del cereal.

El problema es que el tradicional abastecedor del mercado brasileño, la vecina Argentina, también enfrenta problemas graves en ese cultivo.

La combinación de factores climáticos con la agresiva política de abastecimiento del mercado interno del gobierno argentino, en conflicto con los productores, llevó a una considerable reducción del área cultivada con trigo.

Previsiones hechas por molineros brasileños indican que la superficie plantada con trigo en el país vecino debe limitarse a 3,7 millones de hectáreas, la menor de los últimos 20 años.

En esas condiciones, el excedente exportable argentino debe limitarse a un máximo de 4 millones de toneladas. Aunque la totalidad de ese trigo se destinara a Brasil, sería insuficiente para cubrir las necesidades del consumo.

Brasil tendrá entonces que importar trigo desde Estados Unidos y Canadá, donde los precios son más altos, y gastará más en fletes, debido a la mayor distancia.

Además, ese cereal deberá pagar la Tarifa Externa Común (TEC) del Mercado Común del Sur (Mercosur), que grava en 10 por ciento el trigo importado de otros países no pertenecientes al bloque.

El aspecto positivo de la cuestión, según Jacobsen, es que este año el precio del trigo es menor que el año pasado, debido al aumento de la producción mundial.

Las importaciones brasileñas de 2008 fueron hechas a un precio medio de 311 dólares por tonelada, mientras las de este año están en el nivel de los 205 dólares, señaló el especialista de Emater-RS. Fin