Con un análisis del papel de los gobiernos frente a la actual crisis financiera global, se inició este viernes la discusión previa a la cumbre de Líderes Progresistas que se desarrollará el sábado en la ciudad chilena de Viña del Mar.

En la cita participarán los presidentes de Brasil, Uruguay, Chile y Argentina; los jefes de Gobierno de España, Reino Unido y Noruega, y el vicepresidente de Estados Unidos.

En un seminario denominado "Respuesta a una Crisis Global: Hacia un futuro Progresista", previo a la cumbre, dirigentes políticos e intelectuales de centroizquierda valoraron la presencia del estado benefactor y criticaron las políticas proteccionistas.

Pese a que la cita está convocada incialmente para discutir formas de abordar la crisis financiera y el medio ambiente, la coyuntura financiera y la inminencia de la cumbre del G-20 han convertido a la economía casi en el tema excluyente de la reunión.

Al abrir el foro "La política progresista después de la crisis financiera", el senador chileno Eduardo Frei sostuvo que estas citas responden a la "demanda de superar un déficit de política democrática, tras años de imperio del mercado y la técnica".

Para el más probable candidato del oficialismo para los comicios presidenciales de diciembre próximo en Chile "ciertamente este no es el momento de los aventureros, los especuladores ni los populistas".

El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, advirtió que "si no se aplican cambios estructurales, dentro de unos años se puede llegar a una nueva crisis, que será peor".

"Hablamos de cambios en la gobernabilidad, de reformar las finanzas internacionales, pero no he escuchado cómo hacerlo; nos apresuramos a festejar el fin de una era, pero esa era puede volver dentro de unos años", dijo.

Desde Europa y con escepticismo el ministro de Estado para el Medioambiente de Alemania, Matthias Machnig, llamó a analizar "cuidadosamente las políticas progresistas en Europa, porque en términos generales hemos fracasado".

En contraposición, la dirigente del Partido Socialdemócrata de Suecia, Mona Sahlin defendió el sistema benefactor proponiendo "recuperar las ideas progresistas".

"Quizás estemos en una inflexión histórica dada por el enojo de la gente hacia el poder arbitrario de los mercados y el fracaso de los banqueros y su poder monopólico. El poder tiene que fluir", dijo Marco Aurelio García, asesor internacional del presidente brasileño Luiz Lula da Silva.

Los denominados gobiernos populistas en América Latina, una forma eufemística de llamar a los gobiernos de izquierda en la región, también ocuparon la agenda de discusión este viernes.

La ministra vocero del gobierno chileno Carlina Tohá llamó a "resistir las tentaciones populistas y construir respuestas realistas, efectivas y honestas para enfrentar la crisis económica".

Afirmó que la actual coyuntura requiere "respuestas populares que respeten y acojan las inquietudes de la gente, pero no populistas, que usen o manipulen los temores y las frustraciones".

Marco Aurelio García señaló que "los populismos no son necesariamente malos" quien para cerrar su intervención abogó por una mayor intervención del Estado para enfrentar la crisis, la principal conclusión del seminario.

Las principales conclusiones del encuentro de este viernes serán recogidas en la cita cumbre de mañana en la que participarán el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, y del Reino Unido, Gordon Brown.

Junto a los mandatarios de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, de Argentina, Cristina Kirchner, de Uruguay, Tabaré Vázquez, y la anfitriona Michelle Bachelet. Fin