En el 23 de octubre, el presidente de China, Hu Jintao, se reunió con el presidente de la CE, Barroso, quien vino a presentarse en la Séptima Cumbre de Asia-Europa, en el Gran Salón del Pueblo en Beijing.
Presentador: Son de mucha importancia las relaciones sino-europeas. Este octubre, el presidente Hu Jintao, cuando se reunío con Barroso, señaló, que China quiere intensificar las comunicaciones y coordinaciones con CE, con el fin de enfrentar juntos a la presente crisis financiera y mantener estable el mercado financiero internacional. A su parecer, cómo fortalecen las cooperaciones Europa y China, en el tratamiento a la crisis financiera?
Feng: En nuestras impresiones no había antes tantas cuestiones en las relaciones sino-europeas, pero de repente aparecieron muchas. De hecho existe un fondo, que es la continua colaboración entre ambas partes en estos años, lo que ha sido una tendencia. La intensificación de la cooperación ha sido gracias a dos puntos. Primero, China ha desempeñado un papel mucho más importante en la comunidad internacional, y Europa tiene más necesidad cooperativa. Segundo, desde hace varios años, Europa se ha ido esforzando por invertir su posición negativa en unos asuntos globales y quiere un papel más importante en eso. Por lo tanto, en vez de una solo contacto económico, actualmente está Europa extendiendo sus manos a otros sectores, incluídas algunas cooperaciones globales.
La colaboración financiera precisamente refleja el cambio y la nueva tendencia de desarrollo de las relaciones sino-europeas. A mis ojos, este tipo de colaboración incluye por lo menos dos significados: Uno, se requiere una auténtica intensificación. Ambas partes están afrontando un problema común, que es cómo estimular el crecimiento económico. Peor que China, Europa se ha dejado influenciado mucho más por la subprimelendingcrisis y la financiera de EEUU. Mientras tanto, en China nosotros también tenemos el desafío de un crecimiento lento. Así que hablando del tratamiento a la crisis financiera, tenemos, Europa y China, un interés común. Lo primero es mantener un incremento económico. En Europa, están salvando al mercado, llevando a cabo planificaciones para estimular la economía; al mismo tiempo en China hemos hecho lo mismo a finales del presente año y lo seguiremos a principios del 2009. Claro, entre lo bueno existen todavía preocupaciones por el proteccionismo. Al comienzo de diciembre, tomaron en Europa unas medidas de antidúmping contra China, lo que demuestra un proteccionismo europeo más fuerte.
En realidad, es enemigo común el proteccionismo tanto para China como para Europa y debe ser evitado por ambas partes. En la Reunión de G-20, convocada hace poco, no se discutió nada del proteccionismo, y eso es una pena. En el próximo abril se celebrará en Inglaterra la misma reunión por segunda vez, y es muy probable que toquen el tema de proteccionismo.
Por otro lado, se debe promover la reforma del presente sistema y estructura financiero internacional. Ofrecerá una oportunidad la crisis actual para China y Europa. Después de la Guerra Fría, la rápida globalización y la nueva economía han hecho obsoleto el viejo sistema, sobre todo cuando sucede la crisis financiera. Ésta demuestra que ha llegado a su fin el G-8, cuyos papeles probablemente serán reemplazados por el G-20. Aunque aún queda por probar la conclusión, efectivamente ha conducido a mucha controversia el G-8. Las dos organizaciones, el FMI y el Banco Mundial, establecidas tras la Segunda Guerra Mundial, han sido controladas por EEUU y Europa. Por ejemplo, normalmente son americanos los directores del BM, mientras son europeos los presidentes del FMI. Sin embargo, se ha visto que las dos no son capaces de solucionar la crisis financiera, tampoco sea el G-8.
Con respecto a la reforma del sistema, Europa tiene una actitud más activa que la de EEUU. Los americanos no quieren perder el poder, tampoco quieren darles a los demás sus intereses personales. Son más conscientes los europeos, conscientes de que los americanos tienen demasiado derechos de hablar, además, con sólo Europa y EEUU, o sea, el “Occidente”, no pueden resolver el problema. El presidente francés Sarkozy tiene un dicho, que es la “teoría de países relativamente grandes”. Quiere decir, que no existe un poder absoluto en el mundo que pueda controlar la situación internacional. En otros términos, se admite que el poder occidental está debilitando cada día más, al mismo tiempo se está levantando una nueva economía. Así que los europeos tienen más ganas de estar involucrados en el nuevo sistema, para lograr más derechos de hablar. En cuanto a China, también reconocemos lo irrazonable del sistema financiero actual y mostramos el interés de ayudar a promover la reforma.
En resumen, ambas partes, China y Europa, tenemos que poner en práctica más colaboraciones activas para conquistar todo lo arriba analizado.