Compañías chinas han presentado protestas contra la violación de sus derechos de patentes cometida por empresas extranjeras. Durante más de diez años, la compañía francesa Schneider Electric ha “bombardeado” a la compañía china CHINT con acusaciones de copiar su tecnología. Sin embargo, el 15 de abril de este año, estas dos empresas llegaron a un acuerdo sobre el problema de la violación de la propiedad intelectual y la primera pagó a la segunda una indemnización. Esto demuestra que el sistema de propiedad intelectual de China se ha vuelto más riguroso en los últimos años y que las compañías chinas están intentando defender sus patentes tanto como las occidentales.
Habiendo sido considerada durante largo tiempo la “fábrica del mundo”, China espera ahora convertirse también en el “cerebro del mundo”. China ocupa hoy el primer lugar del mundo en la solicitud de patentes, y sólo en 2008 la cantidad de patentes concedidas a empresas chinas sobrepasó las ochocientas mil, si bien la mayoría de las patentes solicitadas no son de gran relevancia, sino tan sólo tecnologías de categoría media con un período de validez de diez años. Aunque las famosas instituciones de investigación y desarrollo de occidente se resisten en ocasiones a tener en cuenta estas patentes, la Schneider Electric salió vencida sin embargo frente a una patente similar que estaba en posesión de la china CHINT. Las empresas chinas también solicitan, al igual que las occidentales, patentes de “invención”, que requieren un examen riguroso y cuentan con un período de protección de 20 años. Es posible que este mismo año las empresas chinas excedan a los países extranjeros en la obtención de este tipo de patentes.
Debido también al aumento de solicitud de las mismas, los pleitos por su causa también tienden a aumentar. A partir de 2006, China ha registrado un número de juicios en esta materia superior al de cualquier otro lugar del mundo, incluido Estados Unidos, que tradicionalmente ha sido el país que más pleitos iniciaba en esta materia. En el pasado, los litigios se daban principalmente entre compañías chinas, mientras que en años recientes muchas compañías foráneas se han visto involucradas en los mismos. En diciembre de 2008, sin ir más lejos, la empresa Samsung fue sentenciada a pagar una indemnización al Grupo de Comunicaciones Holley de Zhejiang por violación de una patente.
La propiedad intelectual es una cosa relativamente nueva en China. Desde 2006, el país viene implementando de forma muy activa una táctica consistente en obtener el mayor número posible de derechos de patentes y desarrollar a la vez tecnologías autóctonas, en especial teniendo en cuenta que las empresas chinas pagan cada año dos mil millones de dólares en concepto de licencias y derechos de autor tan sólo a compañías norteamericanas.
Además, las empresas chinas han buscado incesantemente registrar sus patentes en el exterior. Esto es una señal de su voluntad de proteger sus propias tecnologías, en un momento en que exportan sus productos masivamente a los países occidentales. En 1999, las empresas chinas registraron 90 patentes en Estados Unidos y esta cifra subió a 1.225 el año pasado. A pesar de que esta cantidad es pequeña (IBM registra tres mil patentes al año), el aumento es bastante rápido. Debido a que la aprobación de un derecho de patente lleva de tres a cinco años, se prevé que la cifra de derechos de patentes que se otorgarán a empresas chinas se elevará a un ritmo muy rápido. Por otro lado, la calidad de las patentes ratificadas por China ha mejorado continuamente. La nueva Ley de Patentes que entrará en vigencia en el próximo mes de octubre estipulará una serie de requisitos mayores para la originalidad de las patentes, con el objetivo de alcanzar así los estándares mundiales. Cuanto más estrictos sean los derechos de patentes, más fácil será la actuar contra la infracción de estos derechos, lo que seguramente llevará también a un aumento de los juicios relacionados.