La recapitalización del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para que los países de América Latina y el Caribe puedan enfrentar la actual la crisis financiera actual, acaparó el lunes la atención durante la 50 Asamblea Anual de la institución que culminará hoy en Medellín (Colombia).

Los temas convocaron la participación de los 48 países miembros del BID, que celebraron la incorporación de China como nuevo integrante de esa organización multilateral.

Los participantes de la cumbre aseguraron que la asamblea tuvo un enfoque temático distinto al de otras reuniones del BID, en el que fue elegido el ministro de Hacienda de Colombia, Óscar Iván Zuluaga, como nuevo presidente de la junta de Gobernadores de ese organización.

Durante la Asamblea Anual de Gobernadores del BID, que se clausuró el lunes tras dos días, las delegaciones centraron sus debates en aspectos de interés social como la educación y la innovación.

Pero también fue un encuentro distinto porque dio espacio para el análisis en foros de una crisis inédita, sin excluidos por su afecto global, de consecuencias impredecibles y que nadie sabe cuándo va a acabar.

Por su lado, el Premio Nobel de Economía estadounidense 1997, Robert Merton, recomendó monitorear la evolución de los índices de inflación en los países para ver posibles efectos y ver cómo redistribuir la pérdida en estos momentos de crisis.

"Lo que tenemos es que ver qué puede ser modificado en este caso, y no creo que esta sea la principal preocupación ahora", puntualizó Merton.

El país que recibió más recursos durante la asamblea fue Colombia, que contará con un préstamo por mil 300 millones de dólares para financiar un grupo de proyectos de infraestructura.

Este anuncio fue hecho por el ministro de Hacienda de Colombia, y el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, en el marco de la Asamblea del BID que tuvo lugar la segunda ciudad colombiana.

Previamente, Zuluaga dijo que su país está interesado en las inversiones de empresas chinas, las cuales contribuirían a paliar los efectos de la crisis económica global.

Por su lado, el domingo anterior el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timoty Geithner, quien dio la bienvenida a China como nuevo miembro del BID, destacó el respaldo a la idea de aumento de capital en el BID, aunque puso condiciones para dar ese paso como aclarar cuál es la función como organismo multilateral.

En segundo lugar, señaló que Estados Unidos va a evaluar la habilidad del banco para demostrar la flexibilidad de sus cuentas bajo las restricciones actuales y su capacidad para dar financiamiento privado y público.

La tercera condición es la de medir los esfuerzos para combatir el fraude y la corrupción en la región, pero el tema que llamó más la atención fue la aprobación por parte de Washington de autorizar la capitalizacón del BID.

Los discursos coincidieron en la importancia de la cooperación internacional para superar la crisis, bajo el argumento que ningún país sólo, ni Estados Unidos, puede vencer la crisis sin la ayuda exterior.

El presidente del BID reconoció que el Banco requerirá de medidas innovadoras para incrementar la capacidad de sus préstamos.

La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, solicitó a los países en la región a no perder de vista el tema ambiental en medio del debate sobre las soluciones ante el efecto de la crisis financiera mundial.

El combate a la lucha contra la corrupción y la importancia de reducir el gasto público fueron otras de las preocupaciones que se manifestaron.

Al finalizar la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) decidió posponer la decisión sobre una nueva capitalización de la entidad y convocar en el tercer trimestre de este año una reunión del comité de dicha asamblea a los efectos de analizar los avances en este tema y sugerir los pasos a seguir en el futuro.

Una comisión del BID había presentado un estudio para ampliar el capital de la institución, proponiendo que la reposición debía estar entre 150 mil y 180 mil millones de dólares, a fin de poder dar respuesta adecuada a los impactos de la crisis global y extender los proyectos de desarrollo económico y social en la región.