El Banco Mundial (BM) redujo su pronóstico de crecimiento económico de China para el 2008 al 9,4% en un informe publicado ayer martes, aunque en febrero ya había publicado una reducción a 9,6% con respecto a su primer cálculo del 10,8%, dado a conocer a mediados del año pasado.
Louis Kuijs, economista jefe de la oficina en Beijing del BM, señaló que el reajuste se produjo "puramente en base a las preocupaciones sobre factores externos a la economía china".
La economía global ha ido desacelerándose a un ritmo más rápido en los últimos dos meses, lo que también ha tenido un impacto negativo sobre el crecimiento de las exportaciones de China, explicó Louis.
La institución también atribuyó su reducción del pasado febrero a la disminución de la demanda externa.
Sin embargo, Kuijs se mostró optimista ante el desempeño de la economía china, y expresó su confianza en las fuertes inversiones y vigoroso consumo interno que la mayoría de especialistas han pronosticado.
Según el informe más reciente del BM, a pesar de que el crecimiento de las importaciones de Estados Unidos se ha desacelerado y que la volatilidad de los mercados financieros globales ha crecido, se espera que China continúe experimentando un aumento en las inversiones y en su consumo interno.
La economía de China creció un 11,4% en el 2007, la tasa más alta en 13 años. Se trata también del quinto año consecutivo en que la economía del país asiático registra un crecimiento de dos dígitos.
La desaceleración en el crecimiento económico de EEUU y su impacto sobre la economía mundial, el alza en los precios internacionales de la energía, los materiales industriales y los productos agrícolas, así como la creciente presión inflacionaria del país, constituyen los principales retos a los que se enfrenta la economía china, según Kuijs.
El informe, titulado East Asia and Pacific Update, es un análisis de las economías de la región en un período de seis meses, realizado por el BM.
El documento también señaló que el crecimiento del este de Asia disminuirá entre 1 y 2 puntos porcentuales para situarse en un 8,5% en el 2008, como consecuencia de la agitación financiera estadounidense y la desaceleración que tal fenómeno está ocasionando en la economía global.
Las economías de la región, incluyendo a las de ingresos bajos y medianos del este de Asia, entre ellas China, Indonesia y Malasia, registraron un crecimiento combinado del 10,2% en 2007, el más rápido de la última década.
De acuerdo con el informe, Asia Oriental, especialmente China, se ha convertido en un "polo de crecimiento" de la economía global y actúa como un contrapeso en medio de la desaceleración de las economías industriales.
El crecimiento económico se mantiene saludable en la región del Este de Asia y el Pacífico, destacó el documento, aunque advierte que los auténtico desafíos para los gobiernos que la componen los constituyen el alza en los precios de los alimentos y combustibles ocasionada por el impacto de la inflación, especialmente la dura influencia que este fenómeno tiene sobre las clases menos favorecidas.
La tasa de inflación de China, que se ve particularmente afectada por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), comenzó a subir durante la segunda mitad del año pasado debido al alza en los precios de los alimentos, particularmente los de la carne de cerdo, y la tendencia continúa este año.
El IPC alcanzó un 8,7% en febrero, el registro más alto de los últimos 12 años.
No obstante, para este año, China se ha fijado como meta la prevención del sobrecalentamiento de la economía y la transformación de las alzas de origen estructural de los precios en un fenómeno de evidente inflación.
El pasado mes, el gobierno central manifestó que tiene previsto alcanzar una meta de crecimiento económico del 8%, manteniendo la inflación por debajo del 4,8%.