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spanish.china.org.cn | 24. 09. 2013 | Editor: Lety Du | [A A A] |
Los típicos libros de texto de historia tienen mucho por cubrir y sólo unas cuantas páginas que dedicarle a cualquier cosa sucedida antes de Jesús. Para la mayoría de nosotros, esto significa que la historia antigua es un espectáculo de tres bailarines: Egipto, Roma y Grecia. Por lo cual es fácil tener la impresión de que fuera de esos tres, nuestro mapa del mundo antiguo es en su mayoría un espacio en blanco. Pero, en realidad no podríamos estar más alejados de la verdad. Muchas culturas vibrantes y fascinantes existían fuera de este estrecho círculo. Completemos las partes en blanco.
Aksum
El reino de Aksum (o Axum) ha sido objeto de innumerables leyendas. Ya sea como el hogar del mítico Preste Juan, el reino perdido de la Reina de Saba o el último lugar de descanso del Arca de la Alianza, Aksum ha estado durante mucho tiempo en el primer plano de la imaginación occidental.
El reinado etíope de la realidad, no del mito, era un poderoso centro de comercio internacional. Gracias al acceso a las rutas comerciales tanto del Nilo como del Mar Rojo, el comercio aksumita prosperó y para principios de la era común, la mayoría de los etíopes se encontraban bajo las leyes de los aksumitas. El poder y prosperidad de Aksum le permitieron extenderse hasta Arabia. En el siglo tercero d.C. un filósofo persa escribió que Aksum era uno de los cuatro reinos más grandiosos del mundo, junto con Roma, China y Persia.
Aksum adoptó el Cristianismo poco después de que lo hiciera el Imperio Romano y continuó prosperando a principios de la Edad Media. Si no hubiera sido por el levantamiento y expansión del Islam, Aksum podría haber continuado dominando África del este. Luego de la conquista árabe de la costa del Mar Rojo, Aksum perdió su ventaja comercial principal sobre sus vecinos. Por supuesto que Aksum sólo se tenía a sí misma como la única culpable. Apenas unas décadas antes un rey aksumita había dado asilo a los primeros seguidores de Mahoma, con lo cual aseguraron el crecimiento de la religión que deshizo el imperio aksumita.