Enfrentarse activamente con la competencia internacional

Aunque con una considerable producción y una alta reputación mundial, el cultivo del café colombiano todavía sigue siendo cuestión de pequeños agricultores, por ello, uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta el café colombiano es la competición por el mercado internacional.

Wu dijo, “A diferencia de la industria cafetera en otros países, Colombia no cuenta con grandes plantaciones, sino que se cultiva por parte de cafeteros individuales, a los que pertenece el café producido. Entre ellos, el 80-90 por ciento sólo posee un terreno de dos o tres hectáreas”.

En 1927 se fundó la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia con el propósito de salvaguardar la industria del café. Ante la petición de la organización, el gobierno colombiano promulgó y aplicó una serie de políticas para proteger el café del país, entre las que destaca la ley sobre el control de la calidad del café colombiano. La Federación cuenta con sus propios investigadores, cuyo trabajo es ofrecer de manera gratuita apoyo técnico a todos los cafeteros de Colombia, enseñarles cómo cultivar el café y mejorar la calidad del mismo.

Al hablar de los métodos de operación financieros de la Federación, el representante Wu manifiesta orgullosamente que las ganancias de la organización no dependen del pago anual de los cafeteros, sino de los impuestos.

Colombia tiene establecido un “Fondo Nacional del Café”, todos los cafeteros deben pagar ciertos impuestos a la hora de exportar su producto. Éstos son incluidos en el “Fondo Nacional del Café”, cuyo objeto consiste en ofrecer apoyo financiero a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, servir a todos los cafeteros del país y proteger sus intereses.

“Para una federación con una historia de 80 años, sus éxitos se deben al mecanismo de operación científico y la modalidad de administración democrática. Lo más importante es dar a los cafeteros los beneficios que les corresponden”, añadió Wu.