En su larga historia, han sido muchas las mujeres que han dejado su huella en la historia de China. Pero debido a los condicionantes sociales y a su posición relegada durante siglos, los nombres de muchas de estas notables mujeres han quedado arrinconados o incluso olvidados. Pero existen.
La literatura en particular ejemplifica bien esta situación. La rica tradición literaria china contó, seguro, con grandes figuras femeninas. Pero, al igual que ha venido ocurriendo en la literatura occidental, la preeminencia masculina en al ámbito de la cultura ha ocultado el genio de muchas de ellas o las ha mantenido en un segundo plano.
En la Dinastía Song (960-1279), célebre por ser una de las cumbres de la literatura china, una voz femenina tuvo gran importancia: Li Qingzhao (李清照), poeta que vivió entre los años 1084 y 1155, destacó tanto en la prosa como la poesía, pero sus principales logros están en el campo de la lírica.
Nacida en una familia de letrados en la actual Jinan, provincia de Shandong, su talento comenzó a destacar desde muy pronto. En 1101 se casó con Zhao Mingcheng, quien compartía con ella sus intereses artísticos y académicos. El estilo poético de Li Qingzhao experimentó un cambio radical cuando tuvo que desplazarse hacia el sur de China tras la invasión del Reino del Kin al norte del país.
Antes de partir al sur, sus poemas narraban principalmente las vidas de muchachas y mujeres en sus aposentos. Por ejemplo, en sus obras ‘Como un sueño’ y ‘Lamento del Príncipe’, Li describe la vida sutil y despreocupada de la que disfrutaba en esa época; ‘Ebria bajo la sombra de las flores’ expresa la soledad de una muchacha y sus anhelos de amor, igual que en ‘Flauta sobre la terraza del Fénix’ y ‘Una ramita de flores de cerezo’.
Tras huir al sur, tuvo que enfrentarse a grandes penurias vitales y su estilo lírico se volvió profundo y cargado de patetismo. La vida en el exilio queda reflejada en sus poemas ‘Encantos de la danza budista de una cantora’ y ‘Lenta, lenta canción’.
Su poema ‘La alegría de las eternas uniones’ es uno de los clásicos de Li Qingzhao. Compuesto en el sur, la poeta presenta una escena durante el Festival de la Linterna en el que la poeta, evitando la compañía de sus amigos, medita sobre la amargura que la guerra ha impuesto sobre ella. En este poema, Li pasa por encima de la autocompasión y expresa su temor y preocupación por la situación del país.
En ‘El orgullo de los pescadores’, la poeta no sólo vuelca en él el dolor causado por el desarraigo, sino también sus deseos de libertad sin ataduras.
El lirismo de Li Qingzhao se despliega con delicado comedimiento y moderación: primero, fundiendo su intensa pasión con imágenes literarias, creando una concepción artística en la que los sentimientos y el trasfondo se entremezclan justamente; segundo, empleando un lenguaje sencillo pero original, que resulta muy natural y expresivo en sus versos.
Su lírica no está salpicada de muchas citas literarias, pero abundan las expresiones populares y el lenguaje hablado, lo cual dota de belleza y musicalidad su lírica y hace sus poemas fáciles de recitar. Hoy en día, es considerada por muchos como la mejor poetisa de la historia de China.