Características de los frascos de rapé en su apogeo

Por su diseño original, la variedad de los materiales y su sofisticada manufactura, los frascos de tabaco eran ampliamente apreciados por la Familia Imperial China, en especial por los Emperadores Kangxi, Yongzheng y Qianlong.

En la obra Guwan Zhinan (Guía de Antigüedades) de Zhao Ruzhen se menciona que los frascos para tabaco eran tan importantes como comer o dormir para la vida cotidiana de los Emperadores, convirtiéndose así en algo indispensable.

Reinado de Kangxi

Los frascos de rapé en el periodo del Emperador Kangxi eran vidriados y tintados con cobalto. En consecuencia, las botellitas estaban principalmente decoradas con el rojo como color dominante.

Los principales motivos decorativos en esta época eran los dragones, caballos, liebres y peces. De acuerdo con la tradición, sólo el Emperador, sus Hijos y Príncipes de primer y segundo rango podían poseer sus propias obras de arte ilustradas con dragones de cinco garras. Los dragones de cuatro garras estaban reservados a los príncipes de tercer y cuarto rango, mientras que el resto del pueblo debía contentarse con un dragon de tres garras.

El caballo era otro animal frecuentemente empleado como decoración. El caballo es uno de los Siete Tesoros del Budismo. Simboliza la velocidad, la perseverancia, el rango, el poder y la riqueza. El simbolismo de la riqueza y el poder se deben a que a caballo montaba la gente importante.

La liebre puede encontrarse frecuentemente también como elemento decorativo de los frasquitos de rapé, como símbolo del deseo de una vida larga e incluso de inmortalidad. En la tradición china, se cree que si uno tiene un comportamiento altamente moral y sabio, se convertirá en uno de los inmortales.

El pez, como emblema de riqueza, armonía y felicidad conyugal, fue utilizado ampliamente bajo diversas formas decorativas.

Reinado de Yongzheng

Comparativamente hablando, los frascos del periodo correspondiente al Emperador Yongzheng estaban hechos principalmente de cerámica y porcelana, pues el Emperador favorecía el uso de estos materiales. El púrpura se añadió a la selección de los colores para simbolizar la dignidad y la elegancia de la Familia Imperial.

Aparte de esto, los motivos decorativos adoptados por los artesanos también experimentaron cambios, pasando de dragones y caballos a flores y paisajes idílicos, en particular los famosos lotos trenzados. El bambú aparecía también con frecuencia. Por su durabilidad y su perenne verdor, constituía, junto a otros símbolos, un emblema de la longevidad.

A diferencia de las complicadas decoraciones de la época de Kangxi, los frascos del reinado de Yongzheng fueron famosos por su simplicidad y elegancia.