En el folklore chino, los dragones tienen nueve hijos, cada uno de los cuales posee características distintivas. Las representaciones de éstos pueden encontrarse a menudo en edificios antiguos y en objetos. He aquí algunos ejemplos.
Bixi tiene apariencia de tortuga y siempre va acarreando grandes piedras a la espalda. Su imagen puede verse con frecuencia en los monasterios.
A Chiwen le gusta permanecer de pie en lugares altos y contemplar los alrededores. Su efigie suele verse en las partes más altas de los palacios.
Pulao es muy pequeño y le gusta chillar. Su imagen se coloca frecuentemente en las campanas de bronce.