Tian, que nació en Jilin aunque creció en la capital, Beijing, recibió sus primeras lecciones del maestro Chen Banding, y más tarde de Wang Xuetao, gracias a los que consiguió desarrollar la sólida técnica impresionista típica de los cuadros chinos de flores y pájaros.
Más tarde, recibió también la instrucción de otros pintores chinos de renombre, como Qi Baishi, Li Kuchan y Dong Shouping, de los que aprendió no sólo sus técnicas pictóricas, sino también una determinada manera de entender y vivir la vida. En vez de copiar mecánicamente a sus antecesores, Tian intentó absorber la esencia de cada uno de sus tutores para desarrollar con ello su propio estilo.
En 1988, a pesar de la fama y reconocimiento de la que gozaba en China, Tian dejó el país para dirigirse a Canadá, y estuvo viajando durante más de una década, aprendiendo al mismo tiempo de los pintores occidentales el uso del color, que después incorporaría a sus obras y, con ello, a la pintura tradicional china. Tras conseguir esta meta, abandonó su prometedora carrera en el extranjero y volvió a China en 2002, año en que también fue honrado con una exposición en solitario en Beijing.
Siguiendo el ritmo de los tiempos, Tian implantó los elementos de la pintura occidental a la tradicional pintura de flores y pájaros, exagerando audazmente las imágenes y los colores, aumentando a propósito el volumen de las figuras. En el contexto de la globalización económica y de una diversidad cultural sin precedentes, su trabajo representa una modernización de este tipo de pintura tradicional lleno de gracia y elegancia, con un imaginario y un estilo únicos y difíciles de imitar.