En comparación con Li Yundi y Lang Lang, el pianista Yin Chengzong, de 66 años, es un gran maestro de la generación anterior. Ganador de concursos internacionales cuando tenía algo más de diez años, en las décadas de 1950 y 1960 dio a conocer la música clásica occidental al pueblo chino y adaptó con éxito al piano conocidas piezas de folclore de nuestro país. Hoy dedicamos nuestro espacio a Yin Chengzong, uno de los pianistas contemporáneos más destacados del mundo.
Yin Chengzong nació en 1941 en la isla de Gulangyu, en Xiamen, ciudad costera del sudeste de China, zona que por aquel entonces era una concesión extranjera. Su afición por la música nació cuando, siendo niño, se detenía a escuchar la música que salía desde la iglesia y se pasaba horas y horas en casa escuchando a sus vecinos tocar el piano. Posteriormente, animado por su maestro, a los 12 años se marchó a Shanghai para estudiar música, un viaje, en aquellos tiempos bastante duro, que cambiaría por completo el rumbo de su vida:
"A pesar de ser conocida como 'la isla de los pianos', en Gulangyu no había maestros profesionales. Si uno quería ser pianista profesional, no tenía más remedio que abandonar su tierra. Las comunicaciones eran tan deficientes que para llegar a la estación de tren tuve que viajar cuatro días en un camión. No cabe duda de que para mí fue un paso decisivo. Si me hubiera quedado en Gulangyu, lo más probable es que tocar el piano no habría sido más que una afición".
Tras varios años de rigurosa formación, la fama de Yin Chengzong empezó a extenderse. En 1959, obtuvo el primer premio de piano en el VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, celebrado en Viena. Estimulado por este éxito, se dedicó de lleno a perfeccionar su técnica y a ampliar sus conocimientos. Dos años después, Yin se trasladó a la Unión Soviética y cursó estudios superiores con la famosa pianista Tatiana Kravchenko en el Conservatorio de Leningrado. En 1962, consiguió el segundo premio en el Concurso Internacional de Piano Tchaikovsky:
"Me enviaron a estudiar a la Unión Soviética por su elevado nivel artístico. En la década de 1960, la Unión Soviética era el país con el mejor nivel artístico del mundo. De ahí que para mí fuera una excelente oportunidad de enriquecer mis conocimientos".
Al regresar de la Unión Soviética, Yin Chengzong fue recibido por el presidente Mao Zedong, quien lo animó a componer obras de carácter nacional. Poco después, el pianista adaptó para piano varias famosas óperas y piezas folclóricas. En 1969, compuso El río Amarillo, concierto para piano inspirado en el coro del mismo nombre que había compuesto el famoso músico Xian Xinghai con el fin de animar al pueblo chino en su lucha de resistencia contra la invasión de los imperialistas japoneses.