Al principio, Li Ang encontró muchas dificultades. Además del obstáculo del idioma o las costumbres, el método de enseñanza occidental se diferenciaba mucho del chino, pero no se amedrentó. Decidida a tocar el piano, estaba determinada a superar todas las pruebas, por duras que fueran.
"No es fácil seguir el camino musical, pero merece la pena. A mí me gusta el piano. Tengo muchísimos interés. No puedo imaginar cómo sería mi vida sin el piano. Tengo que tocarlo todos los días. Es una parte indispensable en mi vida. "
Cuando tenía 13 años, Li Ang colaboró con una orquesta sinfónica en una presentación en el Centro Lincoln de Nueva York. Los medios de comunicación descubrieron la energía latente de Li Ang, y le prestaron más atención. A partir de 2003, la CBC de Canadá empezó a transmitir en directo el recital de Li Ang, presentando a su público esta chica oriental.
Los contactos con algunos maestros de piano le ayudaron mucho en su trayectoria musical. Al llegar al Instituto Curtis de la Música, entró en relación con pianistas con el más elevado nivel mundial. Ella sirvió de ayudante de León Fleisher, el maestro de piano y director, asistiéndole en sus clases con los estudiantes, aprendizaje que le benefició mucho. En la Escuela de Juilliard, fue alumna de la maestra Y. Kaplinsky, y obtuvo la maestría de piano. Y actualmente prosigue con su perfeccionamiento.
En China, cuando los niños quieren aprender a tocar el piano, los profesores les enseñan con todo detalle, y los padres siempre les acompañan en la supervisión de sus estudios. En EE.UU, los profesores prefieren que los estudiantes aprendan de forma independiente, eduquen su interés y su propio gusto artístico, y les animan a participar cuanto puedan en todo tipo de espectáculos. Esta forma de enseñanza, le permitió descubrir sus virtudes y sus defectos. Li Ang tuvo muchas oportunidades para realizar conciertos, y se considera una afortunada por ello. Al respecto, comentó:
"A partir de los 15 años, empecé a acumular experiencias en diversos tipos de conciertos, tanto en los llevados a cabo en el Instituto como en los comerciales. Con el estímulo de mis amigos, poco a poco entré en los círculos pianísticos, y ahora interpretó por el placer de tocar música. "
En la actualidad, hay cada día más chinos que aprenden a tocar el piano en países europeos o de América. Muchos de ellos saltaron de allí a otros escenarios del mundo. Al tiempo de estudiar música occidental, intentan presentar la música clásica de China en Occidente. Li Ang también ha tratado de hacerlo. En un recital celebrado en EE.UU en el presente año, interpretó dos canciones folclóricas chinas. Una fue la Canción Amorosa de Kangding, y la otra, Río de Liu Yang, y ambas se interpretan con instrumentos tradicionales chinos. Interpretarlas al piano fue una iniciativa valiente.
"A mí me gustan estas canciones. Las escuchaba cuando era pequeña. La música folclórica china interpretada con un instrumento occidental es una prueba. Estas dos melodías se compusieron muy bien. Son adecuadas para piano. En el futuro, interpretaré más música china en los países extranjeros. Pienso que a ellos les gustará. "
Actualmente, aparte de practicar el piano tres horas al día, en sus ratos de ocio, Li Ang ve películas y nada. Esta chica tranquila y simpática, se llena de fuerza y entusiasmo cuando interpreta en un recital. La mayor parte de sus conciertos se realizan en los países de América del Norte, con unas veinte o treinta funciones cada año. Por ello, Li Ang cuenta con cierto renombre en los círculos de interpretación del piano. Ahora espera empezar la carrera de interpretación como profesional después de graduarse.