La joven pianista Li Ang, de 22 años, dio hace poco en Beijing su primer recital nacional. Con poco más de diez años, empezó a aprender en el extranjero, participó en diversos conciertos, después se familiarizó con la música occidental, y acabó presentando la música china al público occidental. Hoy les presentaremos la historia de la pianista Li Ang.
En el primer recital nacional de Li Ang, ella interpretó la "Rapsodia húngara número 12", de Franz Liszt. Llena de entusiasmo, Li Ang quedó agotada por el esfuerzo. Cuando una niña le brindó flores, sólo pudo recogerlas en el segundo intento. Cuando concluyó el espectáculo, el público estaba emocionado por la seriedad de su interpretación y la sinceridad de su afición a la música, sin escatimar elogios ni estimulos:
"Ella interpreta muy bien, con maneras suaves, una técnica excelente, buena coordinación, y guardando la compostura de manera imperturbable. Pero quizás le falta algo de emoción y de fuerza expresiva para llegar a la perfección. En general, es una pianista de buena cultura artística. "
El padre de Li Ang es un ingeniero, y su madre es médica. Ambos son aficionados a la música. Li Ang recordó que cuando era pequeña, en su casa siempre resonaban las risas y la música. Los padres cantaban mientras ella tocaba las melodías. Toda la familia estaba inmersa en la música. Ello constituye un grato recuerdo de su infancia.
"Empecé a tocar el piano cuando tenía un año. Entonces tenía un pequeño piano. Mis padres cantaban y yo tocaba las canciones. Al cumplir cuatro años, comencé mis estudios profesionales de piano. A mis padres les gusta la música, por eso siempre conté con todo su apoyo. "
Al inicio, Li Ang hizo prácticas de dedeo. Su madre le eligió unas melodías sencillas y alegres para que no perdiera el interés. Cuando tenía seis años, Li Ang subió al escenario por primera vez, interpretando una canción de clausura de una ceremonia en la Sala de Conciertos de Beijing. En este espectáculo, los padres de Li Ang reconocieron su talento musical, y decidieron prestar más atención a su formación y desarrollo. Después de ingresar en la escuela primaria, Li Ang aprovechaba el tiempo libre para practicar el piano unas tres horas cada día, asentando sólidos cimientos para su posterior carrera.
En China, para los padres no es fácil la decisión de que los hijos aprendan a tocar el piano. Aparte de las exigencias económicas, deben dedicarle muchas energías, y sacrificar muchas cosas de su propia vida.
Lang Lang es otro joven pianista, muy activo en los círculos musicales internacionales. Cuando tenía nueve años, ingresó en la escuela anexa al Conservatorio Central de Música de China. Su padre, durante muchos años, le acompañaba desde su casa hasta el Conservatorio. La madre de Li Ang también hizo muchos sacrificios. Al cumplir 10 años, los padres de Li Ang decidieron enviarla a EE.UU para empezar el curso preparatorio en el conservatorio profesional. Desde entonces, su madre le acompañaba en EE.UU, abandonando su propia vida y carrera de más de una década.