28 de agosto de 2012. El presidente Hu Jintao sostiene una conversación con su homólogo egipcio Mohamed Morsi en el Gran Palacio del Pueblo, en Beijing. Cnsphoto |
En 2012 se registraron grandes cambios en Asia Occidental y África del Norte (WANA, por sus siglas en inglés), generados por diversos y entrelazados conflictos, así como por la división y el reagrupamiento de distintas fuerzas regionales, pues cada una de ellas está empeñada en buscar su propio camino de desarrollo y elevar su estatus e influencia en la región. Las discusiones sobre el problema del Medio Oriente en la Asamblea General de la ONU en septiembre último adoptaron la forma de debates tormentosos, y aunque fueron sin armas, no resultaron menos feroces que las incesantes batallas que ocurrieron el año pasado en la región.
China ha persistido siempre en aplicar una política de respeto a la soberanía y de no injerencia en los asuntos internos de otros países, ha salvaguardado activamente los intereses fundamentales de los pueblos de los diversos países de la región y la estabilidad regional, y ha ido desarrollando relaciones de amistad con los países de la región. El presidente Hu Jintao subrayó, en su informe al XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) en noviembre pasado, la importancia de las relaciones con los países en desarrollo. En ese sentido, reiteró que “China aboga por el arreglo pacífico de los conflictos y las cuestiones candentes internacionales, y se opone al empleo indiscriminado de la fuerza o a la amenaza de usarla, a cualquier intento extranjero de subvertir el gobierno legítimo de cualquier país y al terrorismo en todas sus manifestaciones”. La política china en la región de WANA constituye la puesta en práctica de la explicación dada por Hu. A principios de 2012, el primer ministro Wen Jiabao visitó Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar para promover el desarrollo de la cooperación estratégica con los países del Golfo. Desde entonces, la relación entre China y los países de WANA ha mantenido un buen ritmo. A pesar de la situación cambiante y agitada de esta región, el volumen comercial entre China y los países árabes llegó a los 165.000 millones de dólares en los tres primeros trimestres de 2012, un aumento del 15,6% respecto al mismo periodo del año anterior.