Quienes nacen bajo este signo, el más auspicioso del horóscopo chino, se dice que suelen ser orgullosos, inteligentes y a menudo egoístas, además de poseer una gran confianza en sí mismos, perseguir la perfección en cualquier cosa, desde su propia estética y la de su casa hasta la presencia de su pareja, y conceder un valor especial a su trabajo. Los chinos tienen muy presente que muchos artistas famosos y religiosos y políticos de renombre son precisamente dragones.
Todos nuestros deseos brillantes y varios rasgos morales estimados por los chinos están concentrados en el cuerpo del dragón: su carácter heroico y apto para el combate significa el desafío a la fuerza bruta; su alta inteligencia, incluida su capacidad de prever el futuro, simboliza la sabiduría; su fuerza inviolable e invencible alude a la dignidad; y su ofrecimiento de protección a la humanidad tiene el sentido de bondad y responsabilidad.
Pese a su importancia, su posición en la relación de los 12 animales del horóscopo chino no es la más alta. Ese honor corresponde a la rata, a la que siguen el buey, el tigre, la liebre y a continuación el dragón, al que se le tiene como dios del agua, con el poder especial de invocar al viento y la lluvia y domeñar las obras hidráulicas.
A este mitológico animal, cuyo nombre en chino ser pronuncia long, se le atribuye un poder lo suficientemente grande como para dominar los fenómenos naturales y celestiales, como las nubes, los relámpagos, el arco iris y los truenos, y mantener un buen clima general, una rica cosecha en la agricultura y la estabilidad social, de ahí que desde tiempo remotos haya tenido una importancia vital para un país agrícola.