Zeng Muhui perdió sus hijos en el terremoto. Aunque se hizo mamá otra vez, es difícil descubrir una sonrisa en su rostro.

Zeng Muhui, de 41 años de edad, tuvo un hijo y una hija, pero los dos murieron infortunadamente en el terremoto. El gran golpe le quitó toda la sonrisa de su rostro. Sólo cuando abraza a su hijita de un año, ella puede sentir estar viva todavía. Ahora vive en la zona Shenjiaba y alimenta a la pequeña con los huevos que producen las gallinas que tienen.

Zhou Xiaohong perdió a todos sus familiares. Aunque sólo tiene unos 30 años de edad, se muestra muy flaca y débil. Su hija no tiene nada miedo de los desconocidos.

Zhou Xianghong se recupera también con la fuerza que le da su hijo. El terremoto cobró la vida de todos sus familiares, a excepción de su esposo. Cuando volvió a tener esperanza por el embarazo, su marido murió en un accidente de tráfico. Me habló en voz muy baja y pesada, pero brilló luces de sus ojos al ver a su hijo. “Me siento un poco mejor cada vez cuando le miro”. Es el sentimiento de casi todas las madres que experimentaron el gran terremoto.

El nuevo esposo de Li Ming Cui. Ella dijo, “lo que pienso ahora y lo que pensaba debajo de las ruinas son iguales, que necesito estar viva”.

“Lo que pienso ahora y lo que pensaba debajo de las ruinas son iguales, que necesito estar viva”, dijo Li Mingcui, considerada la mujer más firme en el terremoto de Wenchuan que fue salvada tras una espera de 164 horas.

Esta mujer que tiene más de 60 años tuvo otro matrimonio después de la calamidad natural. Cuando la gente pregunta a su esposo, “¿ella es tu mujer?” Éste responde, “no, ella es mi compañera de vida”.

Li Mingcui es una mujer muy abierta. Dijo, “Ahora en los sueños todavía me salen las escenas de aquel día. Todo está en la oscuridad. Soy la única que sabe que estoy viva todavía y digo a mi misma que tengo que seguir viviendo”.

Sí, tras superar la muerte, hay que vivir bien.

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