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“Recuperar los recursos naturales es tan complicado como recuperar la confianza tras un escándalo de seguridad alimentaria”
Agregar a favoritos | Imprimir | e-mail | Corregir   09:54 27-04-2010 / spanish.china.org.cn
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La remodelación del antiguo Ministerio de Agricultura del gobierno español ha llevado recientemente a la creación en Pekín de la nueva Consejería de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, cuyo responsable, Javier Sierra Andrés, ha sido entrevistado por Spanish.China.org para dar a conocer un poco más el trabajo de su departamento。

“La importancia de China en tanto que país estratégico en el campo de energías renovables y como nuevo mercado para la exportación de productos alimentarios españoles, han sido dos de los motivos esenciales por los cuales se ha escogido Pekín para el emplazamiento de esta nueva oficina”, nos comenta Javier Sierra, que añade “mi misión aquí es establecer en primer lugar la consejería a nivel operativo, en un plazo de cinco años, y, en segundo lugar, establecer vínculos con los departamentos ministeriales de medio ambiente y de agricultura, de acuerdo con la apuesta de España por reforzar su presencia en un país y un mercado como China”.

En materia medioambiental, comenta Sierra, cuenta con dos objetivos claros a corto plazo: primero, hacer un seguimiento de todas las negociaciones después de Copenhagen y de la posición china hacia las autoridades españolas en la materia, y, segundo, prestar asistencia a todos los programas y visitas de cooperación que pueda haber entre los ministerios chinos que tengan competencias en carácter medioambiental y el ministerio de medio ambiente español, identificar puntos concretos de trabajo entre ambas partes y facilitar el establecimiento de los programas de cooperación.

En el área de agricultura, por otro lado, la misión fundamental es prestar apoyo a las exportaciones de productos agrícolas españoles al mercado chino, facilitando protocolos de negociación de carácter sanitario con el fin de evitar que la sanidad animal sea un obstáculo para los intercambios comerciales entre España y China. Sin duda, esta es una parte muy importante del trabajo de la nueva consejería, ya que, como dice Sierra, “España tiene un importante déficit comercial con China, por lo que es imprescindible facilitar que haya más intercambios en este sentido”.

En este contexto, la Expo de Shanghai constituye una oportunidad única para la promoción de los productos de alimentación españoles. Sierra comenta que “la Expo es un acontecimiento mundial y hay que aprovechar el tirón de todos los países que hacen un gran esfuerzo de promoción. España participa con un pabellón propio y también hay participación de las diferentes regiones. En este sentido, la misión del ministerio de medio ambiente es promocionar los productos agroalimentarios españoles en todas las actividades institucionales que tengan lugar durante la Expo. El ministerio no organiza ninguna actividad de promoción directamente, sino que serán las regiones las que lo hagan. Todas las acciones se emprenderán a través del Plan de Promoción Agroalimentaria de España en China, que está coordinado conjuntamente por el Ministerio de Medio Ambiente, el ICEX, las regiones españolas y la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas españolas, que permite que además de las actividades de promoción de los productos de cada una de las comunidades, se ofrezca también una imagen única de los productos españoles.

Seguridad alimentaria

Javier Sierra, veterinario de profesión, es además experto en materia de seguridad alimentaria, lo cual nos permitió profundizar en un tema que, tras los recientes escándalos relacionados con leche contaminada ocurridos en el país, preocupa tanto a los ciudadanos como a las autoridades.

El consejero de medio ambiente español comenta al respecto que “un derecho clave de los consumidores es que los alimentos sean seguros, sanos y saludables”, pero que “hay que tener en cuenta la situación de desarrollo en que se encuentran los diferentes países”. En el caso de China, dice Sierra, el país ha crecido más rápidamente que ningún otro país en el mundo, y su desarrollo económico va muy por delante del desarrollo institucional y social, un desajuste habitual en países que experimentan un gran despegue económico. El gobierno chino ha tenido escándalos alimentarios de la misma manera que cualquier otro país, y lo importante es la transparencia que ha habido en la gestión de estos escándalos, porque el estado tiene que transmitir confianza a los ciudadanos, así que no puede ocultar este tipo de problemas”. Por otro lado, dice Sierra, “la sociedad china es cada vez más madura y cada vez va a exigir más a sus dirigentes. La sociedad tiene que exigir a sus instituciones un marco legal sólido, que proteja la seguridad alimentaria de los ciudadanos”. Sin embargo, recuerda el consejero, “hay que tener en cuenta que el responsable de producir alimentos seguros no es el gobierno sino el productor de alimentos, y es a éste al que hay que exigirle que tenga unos controles adecuados de acuerdo con los análisis de riesgo y actúe con transparencia y que comunique con transparencia”.

En cuanto a la legislación en esta materia, comenta Sierra que en la Unión Europea, “a raíz de los escándalos de los años noventa, se cambió la normativa, convirtiéndola en una de las más exigentes del mundo. Esta normativa se basa en análisis del riesgo, su gestión y comunicación al ciudadano, sumado a una política de prevención y precaución. Con esta normativa, se exige a los operadores extranjeros y a los de los países miembros de la unión que cumplan con los mismos estándares de seguridad alimentaria, aunque los operadores locales se quejan de que se abren mucho los mercados”. Sierra dice que aún hay mucho que hacer en lo referente al cumplimiento de los controles de seguridad europeos en lo que respecta a las importaciones alimentarias provenientes de China, ya que “aunque China, debido a los problemas que ha tenido recientemente, también ha cambiado su legislación y ha fortalecido los controles en seguridad alimentaria, es algo difícil de controlar en la práctica, porque es un país muy grande y la capacidad de un gobierno para controlar a estos operadores económicos es siempre limitada”.

Energías renovables

Sierra es de la opinión de que hay un punto de encuentro necesario entre España y China en este campo, ya que, “por un lado, España es el quinto país con más patentes de propiedad industrial en energías renovables del mundo, mientras que China es junto con Estados Unidos el primer inversor mundial en este tipo de energías”. España fue el primer país que colaboró con China en el campo de la energía eólica, hace muchos años, pero a pesar de eso, dice Sierra, “en la actualidad las empresas españolas tienen problemas para desarrollar todo su potencial en China por las limitaciones a la hora de acceder a contratos y licitaciones públicas”.

Por otro lado, comenta el consejero, en lo que respecta a los derechos de propiedad intelectual y transferencia tecnológica, “hay que tener cuenta que a veces, cuando se habla de transferencia tecnológica, no se es consciente de que esta tecnología no esta en manos de los gobiernos, sino de las empresas. Por eso, el gobierno no puede hacer nada más que crear cauces para facilitar la transferencia de tecnología entre las empresas y desarrollar programas públicos de I+D en estos sectores”. Sierra recuerda, sin embargo, que a pesar de todo “hay equilibrios que es necesario crear, por ejemplo si hablamos de productos de primera necesidad, como los medicamentos”.

Además, dice Sierra, “el desarrollo de tecnología propia por parte de China es necesario e inevitable”, ya que “los países tienen que competir, y solamente así podrán responder con mayores ventajas económicas y sociales a las demandas de la población a nivel mundial”. Así, concluye Sierra, “cuanto más compita China más eficaces tendrán que ser nuestras empresas para competir con las empresas chinas”.

La lucha contra el cambio climático

En cuanto a la cuestión de cómo deben afrontar los diferentes países la lucha contra el cambio climático, por otro lado, Sierra dice que “los países en vías de desarrollo no son todos iguales”, y añade que “la posición de China es la de un gigante económico emergente, pero no un país emergente cualquiera, sino uno que tiene una gran influencia a todos los niveles, en las divisas, a nivel de inversión, de capacidad de compra, etc. y lo mismo ocurre con las emisiones”. Sierra añade que es cierto que “China no tiene una responsabilidad histórica como tienen otros países, porque no se estaba desarrollando en ese momento. Pero ahora tenemos una evidencia científica que antes no teníamos, que nos ha permitido darnos cuenta de que este modelo de crecimiento no es sostenible”. Por eso, concluye el consejero, “por un lado, es verdad que hay un principio de responsabilidad diferenciada, pero, por otro, hay otro principio que es el de hacer frente al reto del cambio climático de acuerdo a su estado actual. Evidentemente, aquí China tiene un papel clave, porque en la actualidad es el primer emisor mundial y el que con total seguridad crecerá más en sus emisiones en el futuro”.

Por otro lado, dice Sierra, “también es verdad que China es el primer emisor mundial pero que muchas de sus emisiones son consecuencia de lo que produce para otros países, en muchos casos países desarrollados. Las cuotas de emisiones se le cuentan a China, pero los productos tienen como destino Estados Unidos o Europa. Por otro lado, estos países pueden decir que con esto China está generando empleo y riqueza en el país. La economía del carbono y las cuotas están tremendamente ligadas, es algo muy complicado”. En este nuevo contexto, concluye, “los países emergentes ahora se enfrentan a un doble reto, ya que tienen que hacer frente a las cuotas de emisiones y por otro garantizar un crecimiento económico, es decir, tienen que crecer con unas exigencias que antes otros países no tenían”.

Medidas adoptadas por la UE para combatir el cambio climático

En primer lugar, dice Sierra, es fundamental disminuir la dependencia energética. Para ello, se ha adoptado el objetivo “del 20-20-20” que quiere decir “reducir para el 2020 en un 20 por ciento los gases de efecto invernadero, tener un 20 por ciento más de eficiencia energética y que el 20 por ciento del total de la energía que se consuma en la Unión provenga de fuentes renovables”.

Esto, especifica Sierra, forma parte de las prioridades del paquete para el cambio climático. España, como todos los países europeos, tiene que cumplir con la normativa europea, que es una normativa de liderazgo a nivel mundial en la lucha contra el cambio climático y por lo tanto una normativa muy estricta. Pero España, continúa Sierra, está además posicionada entre los países que quieren hacer un esfuerzo aún mayor, por lo que esta situada a la vanguardia de Europa en este sentido.

Sierra comenta que hay muchas medidas de adaptación de la tecnología para que sea menos contaminante, para mitigar el daño mediante inversiones, sobretodo en materia de transformación energética, que ayudan a prevenir el aumento de las temperaturas y también a ser menos dependiente energéticamente, lo que, añade Sierra, “hace 20 años era impensable”. Un ejemplo es la cuota de carbono que se le ha puesto a cada empresa, y la próxima creación de un mercado de carbono a nivel europeo. Otro ejemplo que pone Sierra es el de la contaminación y gestión de los recursos hídricos, que se enmarca en la Directiva Marco del Agua de la UE, que pretende, por un lado, avanzar hacia la gestión integral de las cuencas hidrográficas, campo en que España es pionera, y, en segundo lugar, mejorar la calidad de las aguas, cumpliendo unos estándares saludables del agua desde le punto de vista ecológico y social. Por otro lado, dice Sierra, es fundamental ponerle un precio al agua, que es un recurso que es necesario contabilizar, porque que aunque es público no es gratis, y tiene un coste para la economía.

En relación al tema de los recursos hídricos, Sierra dice que es un campo en que España y China pueden colaborar muy bien, como demuestra el hecho de que se haya organizando recientemente la visita de una delegación china del Departamento de Recursos Hídricos del Ministerio de Agricultura chino a España para estudiar los sistemas de gestión del agua españoles y su posible aplicación en China. Sierra dice que “por las características de las lluvias en España, que son muy irregulares y muy fuertes, tenemos problemas de sequía que nos obliga a construir grandes presas, por un lado, y problemas de erosión del suelo por el otro. Este también es un problema serio en China, porque el boom económico se ha hecho a espaldas del medio ambiente y la intensidad del desarrollo chino y su capacidad tecnológica es tal que el nivel de contaminación que se genera es enorme”.

En cualquier caso, añade Sierra, todas estas normativas están basadas en un principio “Quien contamina paga”, que junto con el principio de precaución es clave en la normativa de responsabilidad ambiental en Europa. En este sentido, concluye Sierra, “con los recursos naturales pasa lo mismo que con el prestigio de una empresa o la confianza de los consumidores en la seguridad de los alimentos: son muy valiosos porque cuestan mucho de recuperar”.


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