Una fuerte nevada y fuertes vientos golpearon hoy jueves la provincia noroccidental china de Qinghai, planteando un nuevo desafío tanto a los supervivientes del terremoto de Yushu como a los equipos de rescate.
La nieve empezó a caer sobre las 05:05 horas de esta mañana en el poblado de Gyegu, epicentro del seísmo de 7,1 grados en la escala de Richter que sacudió el pasado miércoles la prefectura autónoma tibetana de Yushu.
Tres horas después, sobre las 08:00 de la mañana, la capa de nieve ya alcanzaba un grosor de tres centímetros, informó Tsering Tashi, subdirector del buró meteorológico de Yushu.
Aunque está previsto que la nieve deje de caer esta tarde, se esperan más nevadas para el viernes y el sábado.
"La nevada ha elevado el riesgo de resfriados entre la población, lo que podría causar enfermedades mortales por la altura de Gyegu, situada por encima de los 4.000 metros sobre el nivel del mar", expresó Qin Rongbin, un médico del centro de rescate.
Según Qin, al menos un 80 por ciento de los efectivos de rescate militares que han llegado de fuera de la meseta sufren de mal de altura. El edema pulmonar ha afectado ya a más de un centenar de oficiales, de los cuales siete desarrollaron edema cerebral.
Du Jinyu, un electricista de 42 años de edad, perdió la vida por un edema pulmonar la mañana de ayer miércoles, según confirmaron hoy fuentes del centro de rescate.
No obstante, la nevada no supuso un obstáculo de gravedad para las labores de los equipos de salvamento, expresó el gobernante de Yushu, Wang Yuhu.
Un residente local sostuvo que la nevada ha renovado el aire, que está hora más fresco y limpio, y sirvió como un elemento tranquilizante después del desastre.
Los supervivientes del terremoto se están protegiendo del temporal bajo finas tiendas montadas tras las ruinas del poblado.
Las carreteras que llegan a la zona del seísmo están cubiertas por la nieve y el hielo, lo que está dificultando el transporte del material de emergencia.
Hasta las 17:00 horas de ayer miércoles, el terremoto de Yushu ha dejado 2.183 muertos, 84 desaparecidos y 12.135 heridos, 1.434 de ellos en estado grave, según la oficina general de rescate. Fin