El terremoto de 7,1 grados que sacudió el 14 de abril la prefectura autónoma tibetana de Yushu había causado la muerte de 2.064 personas y había provocado la desaparición de otras 175 hasta el martes. El seísmo también dejó heridas a 12.135 personas, de las cuales 1.434 se encuentran en estado grave.