Ni Daixin, epidemiólogo del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China (CDC, siglas en inglés), aseguró hoy martes a Xinhua que las posibilidades de que haya un brote de peste en la prefectura autónoma tibetana de Yushu, en la provincia noroccidental china de Qinghai, son escasas tras el terremoto del miércoles pero subrayó que los sectores sanitarios del país deben estar preparados para lo peor.
"La transmisión de la peste a humanos en Yushu requiere un contacto directo con marmotas del Himalaya, pero esos animales no despertarán de su período de hibernación hasta finales de abril", indicó Ni, encargado de la evaluación del riesgo de epidemias en la zona del seísmo, que se ha cobrado la vida hasta ahora de al menos 2.046 personas.
Sin embargo, las marmota del Himalaya podrían despertar de su hibernación este año más pronto de lo habitual debido al desastre natural, por lo que es necesario seguir la situación muy de cerca, añadió.
El Ministerio de Salud Pública alertó sobre un posible brote de peste inmediatamente después del terremoto que sacudió Yushu en la mañana del pasado miércoles, de 7,1 grados de magnitud en la escala de Richter, ya que la región ha sido origen de casos de esta enfermedad transmitidos por las marmotas.
El CDC empezó a evaluar los riesgos de que se registraran casos de peste el mismo día en que sucedió el movimiento telúrico, tal y como ordenó la citada cartera.
Yu Dongzheng, investigador asociado del CDC especializado en prevención de epidemias, aseguró que en las últimas cinco décadas se han dado 20 brotes de peste transmitida entre humanos en Yushu, el último de los cuales causó la muerte de seis personas en el año 2004, según declaraciones citadas por el rotativo del ministerio.
Hasta esta mañana, las autoridades sanitarias no habían registrado que hubiera ninguna persona contagiada de peste o cualquier otra enfermedad infecciosa, añadió Ni.
El ministerio publicó el lunes un aviso en el que exigía al equipo de prevención de epidemias en Yushu que ampliara las labores de seguimiento de posibles casos de peste.
El documento también ordena que se informa a los afectados por el terremoto, trabajadores de rescate y personal médico en la zona sobre la prevención de esta enfermedad.
Ni señaló que esta campaña era necesaria porque "muchos de los trabajadores sanitarios que están trabajando en Yushu proceden de zonas donde no hay peste, por lo que deben familiarizarse con esta enfermedad lo antes posible para estar preparados para una detección temprana".
Además, hay personas que cazan marmotas por su pelaje y deben ser alertadas sobre esta situación, añadió el encargado de la evaluación del riesgo de epidemias en la zona del seísmo.
Al mismo tiempo, el CDC ha repartido en la zona del terremoto 80.000 folletos sobre la prevención de enfermedades en chino mandarín y tibetano, así como otros 10.000 sobre la prevención de la peste en concreto, y está previsto que se distribuyan más materiales de este tipo. Estos folletos también se han hecho llegar a las personas que se encuentran en zonas de gran altitud.
El epidemiólogo del CDC añadió que "quienes desarrollen síntomas como fiebre, tos o inflamación de los ganglios linfáticos deberán ser examinados para comprobar si padecen la peste".
Ni también advirtió de otros posibles problemas de salud que podrían darse en la zona del desastre natural, como los provocados por una posible contaminación de algunas fuentes de agua.
En el poblado de Gyegu, el más afectado por estar situado muy cerca del epicentro en Yushu, se han levantado siete campamentos temporales para los afectados por el terremoto, el mayor de los cuales sirve de refugio a 20.000 personas. El epidemiólogo señaló que se han esterilizado algunos de los pozos cercanos a la zona, pero no el agua del río. "La medida de prevención que estamos aplicando ahora es informar a los supervivientes del terremoto que deben hervir el agua antes de beberla", explicó.
Los riesgos de una infección por tuberculosis están aumentando porque esta enfermedad, muy contagiosa y que en su mayoría afecta a personas que viven en condiciones precarias, requiere ser tratada con medicación a diario. Sin embargo, el desastre natural puede haber dificultado el tratamiento de algunas personas, según indicó el encargado de la evaluación del riesgo de epidemias en la zona del seísmo.
Por ello, Ni concluyó que es de suma importancia restablecer el funcionamiento regular de los servicios médicos de la zona cuanto antes. Fin