El presidente de China, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, urgieron hoy a que se hagan los máximos esfuerzos para salvar vidas y ofrecer asistencia a los daminificados de un sismo de una magnitud de 7,1 grados.
Unas 400 personas murieron y 10.000 más resultaron heridas a causa del temblor ocurrido hoy en la provincia de Qinghai, noroeste de China.
En dos instrucciones escritas por separado, Hu y Wen pidieron a las autoridades que refuercen las precauciones en caso de temblores réplica y que se aseguren de que la gente del área afectada por el desastre reciba una atención adecuada.
También pidieron esfuerzos para salvaguardar la estabilidad social en la región afectada en la provincia de Qinghai.
Mucha gente sigue sepultada bajo los escombros de las casas derrumbadas en el poblado Gyegu cerca del epicentro en la prefectura autónoma tibetana de Yushu en el sur de Qinghai, dijo Huang Limin, subsecretario general del gobierno de la prefectura.
El Consejo de Estado de China estableció un cuartel general de ayuda por el sismo, que está encabezado por el viceprimer ministro Hui Liangyu, para que se encargue de la ayuda, de la prevención de epidemias, del monitoreo sísmico y de la seguridad pública.
Hui se trasladó a la región para confortar a los lugareños y para supervisar el trabajo de ayuda por desastre.
El gobierno provincial de Qinghai también inició los esfuerzos de respuesta de emergencia. Fin