La manifestación del 5 de julio en Urumqi, capital de la Región Autónoma Uygur de Xinjiang, no fue normal ni pacífica, dijo hoy Josph Kamber, un canadiense que trabaja en la ciudad.
"No puedo entender por qué enviaron niños (a la manifestación) porque vi a niños muy pequeños en televisión", dijo Kamber, un maestro de la Universidad de Xinjiang, quien ha vivido en la región durante tres años.
"Vi niños heridos en la televisión o gritando histéricamente. Esta no fue una manifestación educada ni bien organizada", agregó. El canadiense no había observado ninguna tensión entre diferentes grupos étnicos en su campus antes de los disturbios del domingo. El dijo que tanto los uygurs como los han comparten derechos iguales a la vida y al desarrollo y dijo que a él se le aconsejó que atendiera bien a los grupos étnicos minoritarios.
Sandra Fernández de las Filipinas, maestra de Finanzas y Economía de la Universidad de Xinjiang, dijo: "En los diez años que tengo viviendo aquí, nunca había presenciado ni experimentado nada como lo del 5 de julio".
La profesora dijo que en realidad no existía tensión evidente entre los uygurs y han en el campus. Ella está convencida de que los disturbios fueron organizados.
Ella se sintió aterrorizada por los disturbios y se preguntó "¿te sientes segura estando en este lugar?".
"Algo dentro de mí me decía que no es lo que veo con mis ojos sino lo que siento dentro y lo que me está diciendo mi corazón", dijo. Planea permanecer en Xinjiang tanto tiempo como pueda. Fin