Zhao Mindong, un profesor de enseñanza secundaria superior de la Escuela Secundaria de Nanhui, Shanghai, acompañó, el 2 de julio, a un grupo de estudiantes de origen uigur a pasar las vacaciones de verano en Urumqi. Nunca imagión que les esperaba un desastre.

Al hablar de lo ocurrido en la noche de aquel día, el profesor Zhao condenó furiosamente las atrocidades perpetradas por los truhanes por una parte, y por la otra, expresó especial agradecimiento a los uigures que le extendieron las manos en el momento difícil.

En la noche del 5 de julio, Zhao Mindong iba en taxi por la calle Tuanjie y tropezó con un grupo de malhechores con garrotes y piedras en la mano. “Esta multitud se vino en tropel a mi encuentro, algunos se lazaron a autobuses de transporte público, otros a los taxis, y unos 7 ó 8 cercaron el taxi que tomaba. Rompieron los cristales de las ventanillas y lanzaron ladrillos y palazos hacia el taxi”.

El conductor uigur bajó del coche y les persuadió para que dejaran de golpear, pero los truhanes no solamente volcaron el coche, sino que arrastraron a Zhao Mindong a la calle y le propinaron golpes. En ese momento, una mujer uigur que pasaba por allí abrió paso entre los atacantes y lo llevó de la mano fuera del cerco. Zhao corrió hasta la acera, y otro grupo de rufianes le alcanzó y le pegó hasta que cayera al suelo. Afortunadamente, contó con la ayuda de otro vecino uigur. Finalmente logró escaparse de la persecución y entró en un barrio residencial cercano.

En el barrio residencial, Zhao Mindong encontró a un residente uigur, pero incomunicado por el lenguaje, ese vecino no sabía qué le había pasado. Entonces, Zhao contactó a un alumno por el móvil para que le sirviera de intérprete. Al saber lo que le había pasado, lo condujo a su hacia el interior de una casa y lo escondió.

Zhao Mindong explicó que “los que me golpearon fueron 7 u 8 malhechores, pero los que me brindaron ayuda desde el principio hasta el fin superaron las decenas, y en su mayoría son uigures. Les agradezco muy sinceramente. No importa a cuál etnia pertenezcan, la abrumadora mayoría son muy bondadosos. Les agradezco de todo corazón por su ayuda en las circunstancias críticas”. El profesor reiteró sin cesar su sincero agradecimiento a los compatriotas de la etnia uigur. “No importa a cuál etnia pertenecen, todos somos de la misma familia”, Zhao Mindong afirmó con toda convicción.