La mayoría de los comercios en Kashi cerraron debido a la tensión actual. Solo algunos restaurantes manejados por personas uygur, fueron abiertos alrededor de las 10 p.m., hora de un bocadillo nocturno en un periodo normal. Pocas personas estaban en las calles.
La policía instaló puntos de vigilancia en cruces desde el aeropuerto de Kashi hasta áreas del centro.