Yang Chao, un joven de 29 años de la etnia qiang procedente del distrito de Wenchuan, epicentro del devastador terremoto que sacudió hace un año el suroeste de China, ha querido que el desastre ocurrido ocupe en la vida de su familia un lugar permanente. Por eso el nombre elegido por Yang para sus hijas gemelas, nacidas seis semanas después del sismo, fue el de "Zhen", que en chino significa terremoto.

El terremoto de 8,0 grados de magnitud en la escala de Richter ocurrido el 12 de mayo del año pasado causó la muerte o desaparición de 87 mil personas. En Wenchuan, cuya población era de cien mil habitantes, el 20 por ciento murieron o fueron considerados como desaparecidos.

La esposa de Yang Chao, enfermera en un hospital local, no resultó herida en el incidente, ocurrido cuando estaba embarazada de más de cinco meses. Dos semanas después del seísmo, fue trasladada en helicóptero a Chengdu, capital provincial, junto con otros enfermos y mujeres embarazadas, y dio a luz a dos bebés con más de un mes de anticipación, probablemente a causa de la angustia que le provocó la traumática experiencia.

"En comparación con los que perdieron su vida o sufrieron lesiones graves en el terremoto, mis hijas son muy afortunadas", dijo Yang, quien agregó que esperaba que esos nombres "no sólo les traigan dolor sino también una actitud emprendedora hacia la vida".

Liao Kang, responsable encargado del registro familiar del departamento de seguridad pública de Wenchuan, informó de que entre los 590 bebés nacidos después del seísmo, unos 50 tienen en sus nombres el carácter "Zhen" y muchos otros utilizan caracteres homónimos. Otros muchos padres han escogido para sus hijos recién nacidos el nombre "Chuan", que corresponde al último carácter del nombre del distrito que resultó más gravemente afectado por el movimiento sísmico, de forma que sus hijos recuerden en el futuro lo ocurrido en este el lugar.

Wu Lijuan, tocólogo del único hospital de Wenchuan en el que las mujeres de la zona pudieron dar a luz tras el terremoto, recordó que más de 700 bebés nacieron durante este último año en los alojamientos temporales construidos tras el terremoto y muchos recibieron nombres relacionados con el desastre. Wu dijo a los medios que "el terremoto nos ha traído mucho dolor, pero también nos ha dejado ver la parte buena de la vida. Al enfrentarse a un desastre, la mayor parte de las personas se unen y se ayudan unas a otras sin mostrar un ápice de egoísmo. Creo que al poner este nombre a sus hijos los padres también esperan que ellos recuerden esta verdad".