Durante estos 50 años de reforma democrática, gracias a la solicitud concedida por el Gobierno Popular Central y el apoyo del pueblo de todo el país, el pueblo tibetano, con una actitud de dueño, ha exhibido un enorme entusiasmo por crear una vida hermosa, ha impulsado la economía y la sociedad del Tíbet a desarrollarse a modo de quema de etapas y ha logrado éxitos históricos en diversos renglones, llamando positivamente la atención mundial.
–El sistema social ha logrado saltos de carácter histórico y el derecho del pueblo tibetano a ser dueño de su destino ha recibido garantías por sistema. En 1965 se fundó la Región Autó- noma del Tíbet, una señal del establecimiento general del sistema de autonomía regional étnica en el Tíbet, que cumplió con el salto histórico del sistema social, del sistema de servidumbre feudal al socialista, democrático y popular. De esta forma, el pueblo tibetano entró en la nueva época de ser dueño de su propio destino. Los antaño siervos y esclavos empezaron a disfrutar de los derechos políticos de participar, en pie de igualdad, en la administración de los asuntos estatales y la administración autonómica de los asuntos propios de la región y de la etnia. Al igual que el pueblo de todo el país, el tibetano comenzó a disfrutar de todos los derechos establecidos en la Constitución y otras leyes del Estado: elegir directamente, de acuerdo con la ley, a diputados para las asambleas populares de distrito, territorio, cantón y poblado; elegir a los diputados para la Asamblea Popular Nacional y las asambleas populares de la región autónoma y municipio; ejercer, mediante las asambleas populares a los diversos niveles, el derecho a participar en la administración de los asuntos estatales y locales. En 2007, durante las elecciones de renovación a los cuatro niveles, región autónoma, prefectura (municipio), distrito y cantón (poblado), la tasa de participación en las elecciones alcanzó el 96,4% y en algunos lugares hasta el 100%. Mediante elecciones directas e indirectas surgieron más de 34.000 diputados para las asambleas populares de los cuatro niveles, de ellos más del 94% de etnia tibetana y otras minorías étnicas. En la actualidad, entre los diputados ante la Asamblea Popular Nacional, 20 diputados corresponden a la Región Autónoma del Tíbet, 12 son ciudadanos de etnia tibetana, uno de etnia monba y uno de etnia lhoba.
Los derechos del pueblo tibetano a administrar autonómica- mente los asuntos propios de las etnias y de la región están asegura- dos. Desde 1965, el cargo de presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular y el de presidente del Gobierno Popular de la Región Autónoma del Tíbet son asumidos por ciudadanos de etnia tibetana, mientras que los principales dirigentes de los comités permanentes de las asambleas populares y del gobierno a los diversos niveles son también ciudadanos de etnia tibetana, al igual que los principales responsables de las fiscalías y tribunales a los diversos niveles de la Región Autónoma del Tíbet. Actualmente, entre el personal de los órganos estatales a los tres niveles, de región autónoma, de prefectura (municipio) y de distrito, los ciudadanos de etnia tibetana y otras minorías étnicas ocupan el 77,97%.
La Región Autónoma del Tíbet no sólo goza de los poderes de órgano estatal de nivel provincial para elaborar reglamentos jurídi- cos de carácter local, sino que tiene derecho a decidir sobre los asuntos propios de la región y elaborar reglamentos de autonomía y reglamentos de aplicación propia basándose en las características políticas, económicas y culturales; sobre las resoluciones, deci- siones, órdenes y directrices de los órganos estatales de nivel su- perior, en caso de no adecuarse a las circunstancias reales de la localidad tibetana, los órganos autonómicos de la Región Autó- noma del Tíbet, luego de presentar los casos para la aprobación, las pueden aplicar tras modificaciones o no aplicarlas. De acuerdo con las estadísticas, el Comité Permanente de la Asamblea Popular de la Región ha definido, desde 1965, más de 250 reglamentos jurídicos de carácter local y resoluciones y decisiones poseedoras de carácter de reglamento jurídico, cuyos contenidos se relacionan con la construcción de poderes, el desarrollo de la economía, la cultura, la enseñanza, las lenguas orales y escritas, la justicia, la protección de reliquias culturales, la protección de la fauna y flora silvestre, la protección de los recursos naturales y muchos otros dominios, defendiendo con efectividad los derechos e intereses del pueblo tibetano en las áreas política, económica y social, y fomentando el desarrollo de las diversas causas del Tíbet.
–La construcción económica se ha desarrollado a modo de quema de etapas y la fisonomía social se renueva diariamente. En estos 50 años, el Gobierno Central, con el propósito de promover el desarrollo económico y social del Tíbet, ha ejecutado una serie de medidas políticas de trato preferencial y ha brindado un enérgico respaldo en áreas de recursos financieros, materiales y humanos. Conforme a estadísticas, tan sólo en referencia a las construcciones infraestructurales del Tíbet de 1951 a 2008, el Estado invirtió un acumulado superior a los 100.000 millones de yuanes. De 1959 a 2008, el acumulado del pago de transferencia de la hacienda central al Tíbet fue de 201.900 millones de yuanes, con un incremento de cerca del 12% como promedio anual; de esta cifra, el acumulado de 2001 a 2008 superó los 154.100 millones de yuanes. Desde 1994, la dirección central ha dispuesto que más de 60 órganos centrales y estatales, 18 provincias y municipios y 17 empresas centrales apoyen la construcción económica del Tíbet acomodándose a las mismas ramas de trabajo; hasta finales de 2008 se habían invertido 11.128 millones de yuanes como fondo de respaldo al Tíbet en concordancia con las ramas de trabajo, se habían realizado 6.056 proyectos correspondientes y 3.747 cuadros dirigentes habían sido seleccionados para trabajar en el Tíbet. Gracias a la atención de la dirección central y el apoyo de todo el país, el desarrollo económico y social del Tíbet logró avances acelerados. En conformidad con las estadísticas, de 1959 a 2008, el valor global de producción del Tíbet pasó de 174 millones de yuanes a 39.591 millones de yuanes; calculándose a precio cotejable aumentó 65 veces, a un ritmo de crecimiento del 8,9% como promedio anual. Desde 1994, el valor global de producción del Tíbet subió a un ritmo del 12,8% como promedio anual, superando el nivel de aumento promedio anual de todo el país durante ese periodo. El valor global per cápita de producción del Tíbet se elevó de 142 yuanes en 1959 a 13.861 yuanes en 2008, un aumento de 13.719 yuanes.
En el viejo Tíbet no operaba ninguna carretera. Ahora la región autónoma cuenta con una red de transporte y tráfico que se comunica en todas las direcciones, teniendo como puntos impor- tantes la construcción de carreteras, desarrollándose en forma coor- dinada el transporte por aire y ferrocarril, así como el transporte de gas y otros productos a través de tuberías, teniendo a Lhasa como centro. En 2008, las carreteras alcanzaron básicamente a todas las cabeceras de distrito en el Tíbet, sumando 51.300 kilómetros en operación, 44.000 kilómetros más que en 1959 cuando funcionaban tan sólo 7.300 kilómetros; el volumen de transporte de pasajeros creció cerca de 107 veces respecto a 1959; el de mercancías, más de 11 veces. Se construyó un sistema de energía con puntos numerosos y áreas amplias en que la hidroelectricidad es la energía principal, complementándose con múltiples energías como la geotérmica, la eólica, la solar, etc. De 1959 a 2008, el volumen de crecimiento promedio anual de generación eléctrica del Tíbet fue del 16,8%. Ahora, cerca de 2.100.000 habitantes usan la electricidad, representando el 73% de la población total de la región. En las zonas rurales se promueve la energía limpia y 43.000 familias de campesinos y pastores usan gas metano. Las telecomu- nicaciones se desarrollan con rapidez, cumpliendo la comunicación con cables ópticos en todos los distritos y la telefónica en todos los cantones. El número de usuarios de teléfono fijo y móvil asciende a 1.562.000 abonados, la generalización de teléfonos alcanza a 55 unidades por cada 100 personas.
En el viejo Tíbet la agricultura y la ganadería dependían básicamente del cielo para su mantenimiento, tanto para la crianza del ganado como para la labranza de tierras. Ahora el grado de modernización agropecuaria se ha elevado en gran medida, la capacidad de prevención y resistencia contra calamidades naturales aumenta y la tasa de contribución de la ciencia y tecnología al respecto es del 36%. El volumen de producción de cereales subió de 182.900 toneladas en 1959 a 950.000 toneladas en 2008; la producción de cereales de 1.365 kilogramos por hectárea a 5.550 kilogramos por hectárea, como promedio, y el número de animales domésticos en corral al final del año de 9.560.000 cabezas a 24 millones de cabezas durante el mismo periodo. En el viejo Tíbet no existía la industria moderna; ahora, la región autónoma tiene preliminarmente formado un sistema de industria moderna, rico en peculiaridades tibetanas, cuyo pilar lo integran la minería ventajosa, los materiales de construcción, la artesanía étnica y la medicina y farmacología tibetanas, abarcando la energía eléctrica, el procesa- miento de productos agropecuarios y el procesamiento y produc- ción de bebidas y alimentos. El valor aumentado industrial del Tíbet creció de 15 millones de yuanes en 1959 a 2.968 millones en 2008. El comercio moderno, el turismo, los servicios en alimentos y bebidas, las actividades culturales y recreativas, etc., ramas nuevas que no existían en el viejo Tíbet, se han convertido en el principal sector productivo.
–El nivel de vida del pueblo se eleva en gran medida y el estado de subsistencia y desarrollo ha mejorado enormemente. Antes de la reforma democrática, los campesinos y pastores no poseían medios de producción y estaban endeudados casi para toda la vida, para no hablar ya del ingreso neto. En 2008, el ingreso neto per cápita de los campesinos y pastores del Tíbet fue de 3.176 yuanes, un crecimiento promedio anual del 10,1% desde 1978 y del 13,1% desde 2003. En 2008, el ingreso disponible de los habitantes de las ciudades y poblados del Tíbet fue de 12.482 yuanes, 21 veces por encima de los 565 yuanes en 1978. Antes de la reforma democrática, más del 90% de los pobladores del Tíbet no contaban con vivienda propia, los campesinos y pastores vivían en condi- ciones extremadamente pobres y la superficie habitacional per cápita en las ciudades y poblados no alcanzaba ni los tres metros cuadrados; por aquel entonces, el casco urbano de Lhasa tenía tan sólo 20.000 habitantes, pero cerca de mil familias se encontraban en toldos deteriorados, convertidos en pobres y mendigos, en los alrededores del casco urbano. Ahora, las condiciones habitacionales del pueblo tibetano han mejorado sustancialmente. Gracias a la promoción de la construcción del nuevo agro y la ejecución de proyectos “vivienda segura”, 200.000 familias con un millón de campesinos y pastores se alojan en nuevas viviendas, seguras y funcionales. En 2008, la superficie habitacional per cápita de los habitantes rurales era de 22,83 metros cuadrados y, en las ciudades y poblados, de 33 metros cuadrados. En la actualidad, tanto en las ciudades y poblados como en las zonas rurales, se ha establecido preliminarmente el sistema de garantía social. En 2008, la norma de sustento para las “familias con cinco garantías” del Tíbet fue de 1.600 yuanes. En 2006, los campesinos y pastores con un ingreso per cápita inferior a los 800 yuanes al año fueron incluidos total- mente en la garantía de vida mínima, llevando la delantera de todo el país en establecer el sistema de garantía de vida mínima de las zonas agrícolas y ganaderas.
Antes de su liberación pacífica, en el Tíbet no funcionaba ni un organismo de salubridad moderno, y sólo existían tres organismos de medicina tibetana oficialmente controlados bajo condiciones paupérrimas, escala muy pequeña y poca cantidad de locales de consulta médica privados, con el personal en oficio inferior a las 100 personas; sumándose los cerca de 300 médicos populares de las zonas agrícolas la cifra total del personal médico de la Región Autónoma no alcanzaba ni el nivel promedio de 0,4 personas por cada mil habitantes. La viruela, el cólera, la venérea, el tifus petequial, la escarlatina, el tétano y otras enfermedades incidían con frecuencia. Luego de la liberación pacífica, sobre todo después de la reforma democrática, las diversas medidas adoptadas por el gobierno chino para prevenir enfermedades permitieron que ciertas enfermedades seriamente perjudiciales para la salud del pueblo fueran puestas bajo control. Desde la década del 60 del siglo XX, el Tíbet está libre de la viruela, mientras que la tasa de incidencia de las diversas enfermedades contagiosas y enferme- dades endémicas ha bajado en gran medida. Ahora, el Tíbet lleva la delantera de todo el país en cuanto a la cobertura total de los habitantes de las ciudades y poblados por parte de los seguros médicos, se establece paso a paso el sistema de asistencia médica de las zonas agrícolas y ganaderas y el subsidio a los campesinos y pastores para la asistencia médica gratuita alcanza los 140 yuanes per cápita. En 2008, el Tíbet contaba con 1.339 instituciones sanitarias, 1.277 más que en 1959; 7.127 camas de hospital, 6.647 más que en 1959; 9.098 técnicos sanitarios, 8.307 más que en 1959; el número de camas de hospital por cada mil personas era de 2,50, el de técnicos 3,05, aumentos de 2,11 y 2,41, respectivamente, en comparación con 1959. A medida que mejoran las condiciones sanitarias, la esperanza de vida promedio de los tibetanos asciende a los 67 años de los 35,5 años en el momento de la liberación pacífica. Conforme al Quinto Censo Demográfico Nacional, efectuado en 2000, 13.581 habitantes del Tíbet tenían entre 80 y 99 años de edad, 62 eran mayores de 100 años, cifras que lo colocan entre las provincias y regiones autónomas de China con mayor número de centenarios. La población total del Tíbet, que en 1959 era de 1.228.000 personas, aumentó hasta 2.870.800 individuos en 2008, más del 95% de etnia tibetana y otras minorías étnicas. Este medio siglo es el periodo de más rápido crecimiento poblacional del Tíbet durante varios siglos.
–La cultura étnica tradicional es objeto de protección y desarrollo y la libertad de creencia religiosa se respeta plena- mente. El gobierno adopta enérgicas medidas para fomentar el aprendizaje de las lenguas oral y escrita de etnia tibetana, su uso y desarrollo. El Tíbet practica la simultaneidad de las lenguas de etnia tibetana y han, siendo la primera la principal. Actualmente, en todas las zonas agropecuarias y parte de ciudades y poblados, las escuelas primarias imparten clases en las lenguas de etnia tibetana y han, en tanto las principales asignaturas son dictadas en lengua de etnia tibetana. En la etapa de escuela secundaria también se dictan clases en las lenguas de etnia tibetana y han, al tiempo que se persiste en establecer asignaturas del idioma de etnia tibetana en las escuelas secundarias tibetanas fundadas en otros lugares del país. En los exámenes de ingreso a los centros docentes superiores y las escuelas profesionales secundarias del Tíbet, el idioma de etnia tibetana es una asignatura a examinar y su resultado es incluido en el total de notas de exámenes. Desde la fundación de la Región Autónoma del Tíbet, las resoluciones y reglamentos jurídicos que las asambleas populares de los diversos niveles aprueban y los documentos oficiales emitidos y los avisos públicos promulgados por los gobiernos de los diversos niveles y sus departamentos subordinados usan las dos escrituras, la de etnia tibetana y la han. En los procesos judiciales, para con los participantes de etnia tibetana, se utiliza la lengua de etnia tibetana para ver los casos y los documentos jurídicos también usan la escritura de etnia tibetana. Los sellos, carnés y señales de las diversas entidades, así como logotipos de los órganos, fábricas, minas, centros docentes, estacio- nes ferroviarias, paradas de autobuses, aeródromos, tiendas, hoteles, restaurantes, teatros, sitios turísticos, instalaciones deportivas, bibliotecas, así como indicadores de calles y de tráfico, se usan en todos los casos las escrituras de etnia tibetana y han. La Radio Popular del Tíbet, desde su nacimiento en 1959, ha persistido en administrar bien la radiodifusión en lengua de etnia tibetana. En la actualidad tiene 42 programas y columnas en la lengua (incluida la lengua gampa) en tanto su noticiero en lengua de etnia tibetana emite diariamente 21 horas y un cuarto y la radio en la lengua gampa emite diaramente 17 horas con 50 minutos. La Estación de Televisión del Tíbet tiene especialmente establecido un canal en lengua de etnia tibetana desde su transmisión por satélite. El 1º de octubre de 2007, el canal de televisión satelital hizo realidad la emisión de 24 horas. En la actualidad, el Tíbet publica en tibetano 14 revistas y 10 periódicos. La escritura de etnia tibetana cumplió con la programación informatizada en 1984 y desarrolló sistemas de operación en software en tibetano compatible con el chino y el inglés. El estándar internacional de la codificación en tibetano fue aprobado en 1997, convirtiéndose en la primera de las escrituras de las minorías étnicas de China en poseer estándar internacional.
Los bienes de patrimonio cultural étnico tradicional reciben una efectiva protección, transmisión y desarrollo. El Estado ha organizado la redacción y publicación de volúmenes tibetanos de 10 grandes colecciones literarias y artísticas: registro de repertorio teatral, colección de cantos folklóricos de China, colección de danzas folklóricas étnicas, colección de refranes, colección de quyi, colección de música folklórica étnica, colección de música teatral y colección de cuentos folklóricos; ha salvado oportunamente y protegido de modo efectivo gran cantidad de importantes bienes de patrimonio cultural del Tíbet. El Estado ha tomado el ordenamiento y publicación de la Biografía del Rey Gesar, gran epopeya heroica oralmente transmitida como importante proyecto de investigación científica, brindando subsidios financieros. Ahora ya se han recogido más de 300 volúmenes, se han ordenado y publicado 62 volúmenes en tibetano, más de 20 volúmenes traducidos al chino; varios volúmenes han sido traducidos para ser publicados en inglés, japonés y francés. Después de la reforma democrática, el Palacio Potala, y los monasterios Jokhang, Drepung, Sera, Ganden, Zhaxi- lhünbo y Sakya, etc., han sido incluidos en la lista de entidades de protección prioritaria a nivel nacional. Desde la década del 80 del siglo pasado, la hacienda central y la hacienda local tibetana han asignado más de 700 millones de yuanes para reparar una serie de entidades de protección de reliquias culturales a nivel nacional e importantes monasterios de diversas sectas del Tíbet. De 1989 a 1994, el Estado transfirió 55 millones de yuanes y gran cantidad de oro, plata y otros materiales preciosos para efectuar el manteni- miento general del Palacio Potala. Desde 2001 ha asignado otra suma especial de 330 millones de yuanes al mantenimiento del Palacio Potala, Norbulingka y el monasterio Sakya, tres sitios reliquias culturales. En 2007, el Gobierno Central transfirió otra suma de 570 millones de yuanes para usarse durante el XI Plan Quinquenal (2006-2010) en el mantenimiento y protección gene- rales de 22 entidades de protección de reliquias culturales impor- tantes. Esto es algo sin precedentes en la historia de la protección de reliquias culturales de China.
La libertad de creencia religiosa y las actividades religiosas normales del pueblo tibetano son objeto de protección. En la actualidad, el Tíbet cuenta con más de 1.700 locales de diversas actividades religiosas, donde se alojan 46.000 monjes y monjas, satisfaciendo a plenitud las necesidades de las masas populares creyentes. El estudio de las sutras, el debate de las sutras, la recep- ción de preceptos, el Abhiseka, el aprendizaje de dogmas budistas y otras actividades religiosas tradicionales y el sistema de ascenso de títulos mediante exámenes de sutras en los monasterios se realizan de modo normal. Conforme a datos estadísticos incompletos, ahora funcionan en el Tíbet más de 60 cursos de aprendizaje de las sutras con unos 6.000 monjes en curso. La reencarnación del buda viviente, siendo una forma de transmisión especial del budismo tibetano, es respetada por el Estado. Las actividades religiosas del Tíbet son variadas y las fiestas religiosas celebradas con frecuencia. Desde la década del 80 del siglo pasado, el Tíbet ha recuperado sucesivamente más de 40 fiestas religiosas de diversos tipos de diferentes sectas. Las masas populares creyentes y laicas organizan y participan en las fiestas Saga Dawa y Shoton y diversas y variadas actividades religiosas y tradicionales.
–La educación, prensa y cultura modernas se desarrollan en todas las líneas y el nivel cultural y educativo del pueblo se eleva constantemente. En el viejo Tíbet no había ni una escuela en el sentido moderno de la palabra y la tasa de ingreso de niños en edad escolar en centros docentes no alcanzaba ni el 2%, mientras que la tasa de analfabetismo era del 95%. En los últimos 50 años, el Estado ha invertido grandes sumas de dinero en el desarrollo de la causa educacional de la región, posibilitando al Tíbet llevar la delantera de todo el país en el cumplimiento de la enseñanza obligatoria gratuita urbana y rural. Desde 1985, las zonas agrícolas y ganaderas practican el modelo de administración de las escuelas primarias y secundarias de sistema de internado y aplican la política de “tres aseguramientos”, dígase la comida, el alojamiento y los gastos escolares, para con los hijos de los campesinos y pastores en la etapa de enseñanza obligatoria. En 2008, los 73 distritos (municipios y distritos urbanos) del Tíbet habían cumplido con la generalización global de la enseñanza obligatoria de seis años y la alfabetización básica, 70 distritos habían cumplido con la generalización de la enseñanza obligatoria de nueve años y la tasa de analfabetismo descendió hasta el 2,4%. La tasa de ingreso de los niños en edad escolar a la escuela primaria alcanzó el 98,5%, la de ingreso a la escuela secundaria elemental el 92,2% y la de ingreso a la escuela secundaria superior el 51,2%. Según estadísticas, el Tíbet tiene 884 escuelas primarias, 117 escuelas secundarias comunes y 1.237 centros de enseñanza. En 2008, la educación recibida por los tibetanos llegó a ser de 6,3 años per cápita; seis centros docentes superiores de carreras de duración normal y corta tenía cerca de 30.000 educandos en curso; la tasa de ingreso a centros de ense- ñanza superior alcanzó el 19,7%. Además, funcionan 10 escuelas profesionales (de oficio) secundarias, con una matrícula de 21.000 alumnos. Durante los últimos más de 20 años, se establecieron sucesivamente cursos o centros del Tíbet en 28 escuelas de 20 provincias y municipios, 53 escuelas secundarias superiores priori- tarias y más de 90 centros docentes superiores admiten a estu- diantes en cursos especialmente abiertos a los tibetanos. Estos centros docentes admitieron de forma acumulada a 36.727 alumnos de segundaria elemental, 30.370 alumnos de segundaria superior o profesional, 12 mil estudiantes universitarios, formaron y suminis- traron 18 mil personas de talento de distintas categorías a la construcción del Tíbet. En la actualidad, 18.640 alumnos están estudiando en los cursos tibetanos en el interior del país. La ciencia y tecnología modernas se desarrollan con rapidez en el Tíbet, donde el contingente de científicos y técnicos engrosa sus filas constantemente. En 2007 el número de técnicos en diversas especialidades suma 46.508, cifra en que los de minorías étnicas con la etnia tibetana como la principal representan 31.487. Un gran número de doctores, licenciados, científicos, ingenieros y otros hombres de valía de alto nivel constituyen el núcleo de la fuerza fresca que impulsa el desarrollo del Tíbet.
La prensa y cultura modernas brotaron de la nada y se desarrollaron con rapidez. El Tíbet posee dos casas editoras de libros, dos de audiovisuales, 35 imprentas diversas, 23 periódicos y 34 revistas abiertamente distribuidos; las siete prefecturas y municipios cuentan con periódicos bilingües, en lenguas de etnia tibetana y han. Funcionan nueve radioemisoras y canales de televi- sión, 39 transmisores de onda media, 76 estaciones de transmisores de frecuencia modulada, de nivel de distrito para arriba, 80 estaciones de retransmisión de señales de televisión a nivel de distrito para arriba (incluidos los puertos), 76 estaciones de retransmisión de señales de televisión por cable, 9.111 estaciones de radiotransmisión de cantón (poblado), en proyecto de “comuni- cación con todas las aldeas”. La cobertura integral de la radio y la televisión ascendió del 18% y del 2% en 1978 al 88,8% y el 89,9% en 2008, respectivamente, coronándose con la meta de la común- icación con todos los cantones (poblados) y aldeas administrativas de toda la región mediante la radiodifusión y la televisión. El Tíbet cuenta con 564 instituciones de proyección cinematográfica, 82 instituciones administrativas en ese sector, 478 destacamentos de proyección cinematográfica en las zonas agrícolas y ganaderas y 7.697 sitios de proyección. La proyección cinematográfica cubre el 98% de las aldeas y los campesinos y pastores de toda la región presencian 1,64 exhibiciones de películas como promedio mensual per cápita. Actualmente operan en el Tíbet 257 museos de artes populares y casas culturales (estaciones) de diversos niveles, 10 grupos de representación artística especial bajo diversas índoles, 18 conjuntos de arte folklórica y 660 grupos aficionados de carácter masivo. El desarrollo de la prensa y la cultura ha creado condiciones para que las masas populares se mantengan informadas y disfruten de sus ratos de ocio y recreativos, contribuyendo a enriquecer la vida espiritual y cultural del pueblo tibetano.