Zhang Qingli, jefe del Tíbet, sentenció ayer que el intento del Dalai Lama y sus simpatizantes por dividir a China está condenado al fracaso.
Zhang, secretario del Comité Regional Autónomo del Tibet del Partido Comunista de China (PCCh), hizo esta declaración al recordar los disturbios del 14 de marzo del año pasado que cobraron la vida de 18 personas y dejaron muchos heridos.
Los disturbios han causado un impacto negativo en la estabilidad social, el desarrollo económico y la imagen del Tíbet, reconoció Zhang, que asiste a la sesión anual de la legislatura china.
Indicó que el Dalai Lama nunca ha dejado de provocar problemas "ni siquiera por un día" desde el incidente.
"Ha visitado algunos países vendiendo sus ideas separatistas ", agregó. El Dalai Lama "se niega a ver su fracaso ", abundó con respecto al incidente del 14 de marzo.
Zhang comentó que durante el último año el Tíbet se ha mantenido estable y que la región está "marchando por el camino socialista con características chinas".
La vida de los habitantes de Lhasa ha vuelto a la normalidad. Los comerciantes que sufrieron pérdidas recibieron ayuda y la mayoría de las tiendas destruídas durante los disturbios han reabierto, añadió.
Zhang afirmó que los tibetanos no permitirán el Dalai Lama vuelva a provocar problemas.
Con respecto al impacto de la crisis financiera internacional sobre el Tíbet, Zhang expresó que el crecimiento económico del Tíbet sigue bastante bien por su condición geográfica y estructura industrial únicas. Además, expresó confianza en mantener una tasa de crecimiento del PIB de doble dígito en 2009.