La llamada "autonomía cultural del Tíbet" es una conspiración política del Dalai Lama
La llamada "autonomía de la cultura tibetana" propuesta por el Dalai Lama XIV y su camarilla consiste, en esencia, en el intento de restablecer su gobernación de cultura religiosa, intención que no logrará imponerse jamás, señala un libro blanco publicado hoy por la Oficina de Información del Consejo de Estado, el gabinete chino.
Como saben todos, el Dalai Lama XIV y su camarilla política eran representantes generales del sistema atrasado de servidumbre feudal y la cultura del poder religioso y la autocracia religiosa caracterizadas por la integración de la política con la religión, así como monopolistas y beneficiarios de los recursos políticos, económicos y culturales del viejo Tíbet, indica el libro blanco, titulado "Protección y desarrollo de la cultura china".
La reforma democrática del 1959 destruyó el sistema de servidumbre feudal, y cambió de manera radical el sistema irracional de posesión y distribución culturales caracterizado por el monopolio de los muy pocos dueños de siervos, recuerda.
La reforma también acabó con la característica cultural de la integración de la política con la religión y de la autocracia religiosa con la que la religión dominaba la vida social y política, eliminó los desechos culturales podridos y atrasados del viejo Tíbet que obstaculizaban el progreso y desarrollo de la sociedad, hizo realidad la democratización y modernización de la cultura tibetana y emancipó las fuerzas de producción cultural del Tíbet, permitiendo la cultura tibetana, como riqueza espiritual conjunta de todo el pueblo tibetano, cumplir con marchar con los tiempos, prosperar y desarrollar en medio de la herencia y protección, destaca.
El Dalai Lama XIV y su camarilla política llevan de huida en el extranjero durante cerca de medio siglo, sin haber hecho ningún esfuerzo ni contribución a la protección y desarrollo de la cultura tibetana. Sin embargo, se autoproclaman "protector de la cultura tibetana", algo verdaderamente absurdo, dice el libro blanco.
La camarilla del Dalai Lama planteó la "teoría sobre la extinción de la cultura tibetana" confundiendo lo negro con lo blanco no debido a otra cosa que el desarrollo imparable de la cultura tibetana conduce a la irrecuperable "extinción" de su derecho a la gobernación cultural y el sistema cultural por ellos representado, así como sus privilegios e intereses adquiridos, indica.
"Los hechos demuestran que, durante los últimos 50 años, la cultura tibetana no se ha extinguido, sino que por el contrario esta cultura tradicional con características propias étnicas logra una herencia racional, una protección eficiente y un desarrollo con esfuerzos", afirma el documento.
A medida que avanzan la economía y la sociedad tibetanas, la cultura moderna orientada a la modernización, el futuro y el mundo experimenta un progreso rápido en todos los sentidos en medio de la apertura, añade.
La peculiar belleza de la cultura tibetana atrae la atención de los nacionales y extranjeros, enriquece la cultura plurielemental íntegra de la nación china, a la vez que influye en la cultura mundial, recalca.
Se puede decir sin ninguna exageración que la protección, prosperidad y desarrollo de la cultura tibetana de hoy es superior a cualquier tiempo pasado, una afirmación que no niegan quienesquiera que respeten los hechos, destaca el documento.
La camarilla del Dalai Lama y las fuerzas anti-China occidentales intentan obligar a la etnia y cultura tibetanas quedarse en el Medioevo y ser fósiles vivos. Esto es algo evidentemente malintencionado que no acepta el pueblo de las diversas etnias de China, incluido el pueblo tibetano, dice el libro documento.
China respeta libertad de creencias religiosas de tibetanos
El gobierno chino presta suma atención y respeta a plenitud la libertad de creencias religiosas de las diversas grupos étnicos del pueblo tibetano desde la liberación pacífica del Tíbet en 1951, señala un libro blanco publicado hoy jueves por la Oficina de Información del Consejo de Estado (gabinete chino).
El budismo tibetano es la religión que profesa la mayoría del pueblo tibetano y también parte muy importante de la cultura tibetana. Durante la prolongada historia, los tibetanos han creado sus propias costumbres étnicas y hábitos de vida, según el libro blanco titulado "Protección y Desarrollo de la Cultura Tibetana".
El viejo Tíbet aplicaba la teocracia, sistema religioso similar al de Europa en el Medioevo que integraba la política con la religión. La fuerza de capa superior representada por el Dalai Lama manejaba las arterias política, económica y cultural de la región, controlaba la entrada de los creyentes al paraíso, indica el documento.
Bajo el sistema de teocracia y autocracia religiosa, las personas corrientes no tenían en absoluto la libertad de creencias religiosas. Este sistema se convirtió en un yugo pesado que ahogaba la vitalidad de la sociedad y restringía el pensamiento del pueblo, recuerda.
La reforma democrática implementada en 1959 destruyó en lo radical el viejo sistema podrido y atrasado caracterizado por la integración de la política con la religión, así como la gobernación religiosa ejercida por budas vivientes de los monasterios encabezados por el Dalai Lama, hizo realidad la completa separación de la política y la religión, destaca.
Por otra parte, los monasterios fueron puestos bajo la administración democrática, y por consiguiente, ofrecieron una garantía institucional a la libertad de la creencia religiosa, agrega.