China publica libro blanco que refuta acusaciones de "genocidio cultural" en el Tíbet Exclusiva

China publicó hoy jueves un libro blanco para dar a conocer al mundo sus esfuerzos por proteger y desarrollar la cultura tibetana, refutando las acusaciones de un presunto "genocidio cultural" en el Tíbet. El libro blanco...

China publicó hoy jueves un libro blanco para dar a conocer al mundo sus esfuerzos por proteger y desarrollar la cultura tibetana, refutando las acusaciones de un presunto "genocidio cultural" en el Tíbet.

El libro blanco, el séptimo de su tipo publicado por la Oficina de Información del Consejo de Estado (gabinete chino), tiene el propósito de transmitir a la comunidad internacional un mejor conocimiento del tema.

Además, el libro trata de exponer la infame y cínica versión concebida y propagada por la camarilla del Dalai Lama sobre la "extinción de la cultura tibetana" y revelar la esencia de la llamada "autonomía de la cultura tibetana", defendida por la misma camarilla, y de forma simultánea promover ulteriormente la protección y el desarrollo de la cultura tibetana.

 

China protege actividades y creencias religiosas legales en el Tíbet

Las actividades y creencias religiosas legales están protegidas por la ley en el Tíbet, señala un libro blanco publicado hoy jueves por la Oficina de Información del Consejo de Estado (gabinete chino).

En la región autónoma del Tíbet y las siete prefecturas y municipios hay asociaciones del budismo. La filial tibetana de la Asociación Budista de China tiene establecidos el Instituto de Budismo Tibetano, la Casa de Impresión de las Escrituras Sagradas en Tibetano y el boletín Budismo en el Tíbet editado en ese idioma, indica el documento, titulado "Protección y desarrollo de la cultura tibetana".

El Estado fundó la Academia Budista Superior de Lengua Tibetana de China dedicada a preparar personas de talento en el budismo tibetano, lugar en donde ya han entrado a estudiar unos 100 budas vivientes y monjes eminentes, señala.

De acuerdo con el libro blanco, las actividades religiosas tradicionales de los monasterios, tales como estudio y debate de sutras, promoción del título académico, recepción de escarmientos, abhiseka y ejercitación de ceremonias marchan con plena normalidad.

El Estado respeta la reencarnación de los budas vivientes, una característica de la creencia y la forma de sucesión del budismo de tradición tibetana, en que hasta la fecha unos 40 budas reencarnados son aceptados conforme a los ritos religiosos y la práctica histórica de esta religión, según el documento.

Las actividades religiosas del Tíbet son ricas en contenido y variadas en forma. Desde los años 80 del siglo pasado, la región autónoma recuperó sucesivamente unas 40 fiestas religiosas, indica.

En todas partes del Tíbet se ven pendones escritos con sutras colgados y montículos de piedras grabadas con frases de exorcismo y fieles efectuando actividades religiosas. Casi todos los devotos tienen en casa una sala de oración o un nicho de Buda, celebran con frecuencia actividades religiosas, como hacer girar cilindros de sutras, tocar el suelo con la frente, para venerar a Buda o pedir a los monjes monásticos practicar ritos budistas, afirma el libro blanco.

 

China da eficiente protección a sitios históricos y reliquias culturales del Tíbet

El gobierno chino ha destinado una gran cantidad de recursos humanos, financieros y materiales para garantizar la herencia, la promoción y el desarrollo de la esplendorosa cultura tradicional del Tíbet sobre la base de una protección eficiente, destaca un libro blanco publicado hoy jueves por la Oficina de Información del Consejo de Estado.

Luego de la reforma democrática en el Tíbet, el Gobierno Popular Central prestó gran atención a proteger las reliquias culturales e históricas del Tíbet, proporcionando a éste decisivo apoyo en política, recursos humanos, finanzas, tecnología, entre otras áreas, indica el libro blanco titulado "Protección y desarrollo de la cultura tibetana".

El Estado ha realizado en el Tíbet dos investigaciones generales sobre reliquias culturales (en la actualidad está haciendo la tercera) y una detallada sobre las reliquias culturales a lo largo del ferrocarril Qinghai-Tíbet, dice el documento.

Gracias a ello, maneja en todos los sentidos la distribución, número y situación de conservación de las reliquias culturales, sitios históricos y yacimientos, a la vez que ha realizado la explotación, organización y remodelación de carácter socorrista relacionadas con las reliquias y sitios históricos en peligro de extinción, indica.

Más de 20.000 reliquias culturales diseminadas en la sociedad han sido recogidas y conservadas en museos, añade.

Estadísticas del libro blanco muestran que hasta finales de 2006, en el Tíbet había al menos 2.330 sitios de reliquias culturales registradas, de los cuales 329 había estado bajo protección de distintos niveles, incluidos 35 bajo protección estatal, 112 bajo protección regional y 182 bajo protección municipal o distrital.

El Palacio Potala fue incluido en la Lista del patrimonio cultural mundial de la UNESCO, mientras que el Monasterio Jokhang y Norbu Lingka entraron en los programas expansivos. Lhasa, Xigaze y Gyangze fueron seleccionadas como ciudades de renombre cultural e histórico a nivel nacional. La región autónoma tiene conservadas en museos cientos de miles de reliquias culturales, de las cuales más de 10.000 son de clase nacional.

A partir de la década del 80 del siglo pasado, el Estado invierte enormes sumas de dinero en la protección y mantenimiento de las reliquias culturales y sitios históricos del Tíbet y ha abierto de nuevo al público un grupo considerable de entidades interesadas bajo protección prioritaria, precisa el libro blanco.

Durante las últimas dos décadas del siglo XX, el Gobierno Popular Central asignó más de 300 millones de yuanes para ayudar al Tíbet en la reparación y reapertura de más de 1.400 templos y monasterios, y para llevar a cabo las excavaciones científicas en Karub de Qamdo, Qoigoin de Lhasa, Chenggogu de Shannan y otros yacimientos del periodo neolítico, llenando el vacío de la arqueología prehistórica del Tíbet, añade el documento.

Sobre todo entre 1989 y 1994, el Estado asignó 55 millones de yuanes y una enorme cantidad de oro, plata y demás materiales preciosos para realizar el mantenimiento a gran escala del Palacio Potala. En 2001, destinó otros 330 millones de yuanes para el mantenimiento del Palacio Potala, Norbu Lingka y el monasterio Sakya, tres sitios reliquia-históricos, detalla.

Según el libro blanco, entre 2006 y 2010, el Gobierno Popular Central va a invertir 570 millones de yuanes en el mantenimiento y la protección de 22 entidades de reliquias culturales tibetanas bajo protección prioritaria.

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Palabras clave : libro blanco, Tíbet

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