La nave espacial tripulada “Shenzhou VI” aterrizó sin contratiempos, el 17 de octubre de 2005, después de una exitosa navegación espacial de 115 horas con 32 minutos.
Desarrollo
En 1900, China no contaba con ningún tipo de infraestructura en el sector de la ciencia y la tecnología modernas y menos de 10 ciudadanos chinos dominaban el cálculo infinitesimal. Al entrar en el siglo XXI, se redujo la distancia entre el nivel chino y el mundial, en cuanto al estudio y desarrollo de las altas tecnologías; China ha logrado que el 60 por ciento de su tecnología se acerque al nivel internacional más avanzado, incluyendo la tecnología de la energía atómica, espacial, física de alta energía, biológica, de computación, de la información, de robot antropomórfico, etc. La exitosa puesta en órbita de las naves espaciales tripuladas, realizadas en 2003 y 2005, demuestra que China ha hecho realidad grandes avances en la tecnología de la navegación espacial tripulada. Según el plan de exploración de la Luna, iniciado en febrero de 2004, antes del año 2010 China lanzará a la Luna un artefacto detector no tripulado y antes del aĖo 2020 habrá concluido el trabajo de recolección de muestras del suelo lunar.
Los progresos e innovaciones científico-tecnológicos se han aplicado a la órbita del sistema legal paso a paso. En julio de 1993, se promulgó la Ley de Progreso Científico y Tecnológico, que reglamenta de manera relativamente completa las metas, funciones, procedencia de los fondos y sistema de premiación por logros científicos y tecnológicos. En junio de 2002, se promulgó la Ley de Generalización de la Ciencia y la Tecnología, que reglamenta como norma de conducta la generalización de la ciencia y la tecnología y la elevación de la calidad científica de los ciudadanos y su aplicación a la sociedad entera. En las diversas provincias, regiones autónomas y municipios bajo jurisdicción central también se han dictado una serie de normas jurídicas de carácter local, con las cuales se garantiza la incorporación de hombres de valía científico-técnica, la estabilización de las inversiones en este dominio y el desarrollo de la ciencia y tecnología de alto nivel.
A partir de la década del 90 del siglo XX, las asignaciones de fondos de la hacienda del Gobierno Central al sector científico y tecnológico y la cuota de gastos para la investigación y pruebas científicas aumentan considerablemente. En 2005, esas asignaciones fueron de 109.530 millones de yuanes, 16 por ciento más que el año anterior, mientras esa cuota fue de 236.700 millones de yuanes, lo que supuso un aumento del 20,4 por ciento con respecto al año anterior y un porcentaje en el PIB, que llevó a China a figurar en la primera línea de los países en vías de desarrollo.
El incremento de los recursos humanos en el campo de la ciencia y técnica es palpable. En 2004, 53.750 mil individuos se desempeñaban en las diversas especialidades de las entidades empresariales e institucionales de propiedad estatal, lo cual significa que la cantidad de personal técnico especializado entre los ocupados en las diversas actividades pasó de 870 personas por cada diez mil en 1985 a las 5.117 personas de este momento. De los académicos de la Academia de Ingeniería de China, el 54 por ciento son personas que en los últimos diecitantos años regresaron al país después de concluir sus estudios en el exterior.
A partir de 2002, la estrategia de desarrollo científico-técnico elaborada por el Estado da un viraje y pasa del seguimiento e imitación a la independencia creativa y desarrollo tecnológico, con la vista puesta en la conquista de la cima mundial. En la actualidad, el nivel científico-técnico alcanzado en ciertas esferas se ha colocado en la primera fila mundial; en importantes dominios científicos y de alta tecnología estratégica, se ha acercado o llegado a la élite mundial. Conforme al Programa Estatal de Desarrollo Científico-Tecnológico a Mediano y Largo Plazo (2006-2020), promulgado por el Consejo de Estado el 9 de febrero de 2006, dentro de 15 años se habrán hecho sustanciales progresos en 16 importantes proyectos de ciencia y tecnología, que incluyen la industria informática, la biológica, y otros sectores industriales de suma importancia estratégica; los energéticos, el medio ambiente y la salud del pueblo, entre otros problemas apremiantes; así como las ingenierías de investigación y fabricación de aviones de gran tamaño, la navegación espacial y la exploración de la Luna, etc. En 2020, el peso que representan en el PIB los fondos destinados a los estudios y pruebas científicos subirá de 1,3 por ciento de 2005 a más del 2,5 por ciento, la contribución del progreso científico-técnico superará el 60 por ciento, la capacidad de innovación y el poderío integral de investigación de las ciencias básicas y la tecnología punta experimentará un salto significativo, y China figurará entre los países innovadores.
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