China fundó bolsas de valores en Shanghai y Shenzhen en 1990 y 1991, respectivamente. En poco más de diez años, este mercado ha crecido y puesto orden en las operaciones, trayecto que a otros países les llevó más de cien años. El mercado de valores ha contribuido a la reforma de las empresas de propiedad estatal y al éxito de la transformación estructural de las mismas, posibilitando una transición estable de la vieja estructura a la nueva. Para los nacionales, depositar dinero en el banco ha dejado de ser el único modo de rentabilizar su dinero, y el mercado de valores se ha convertido en un importante canal de inversión.
Los medios de transacción de acciones se han perfeccionado continuamente. Las bolsas de Shanghai y Shenzhen se han convertido en puntales del mercado de valores. El sistema de transacción de títulos y liquidación en Internet, que ya se extiende por todo el país, efectúa la emisión y el negocio sin papel, con medios técnicos muy avanzados y de práctica mundial. Según las estadísticas, en 2005 había 1.381 empresas en el mercado bursátil, cuyo valor global llegó a 3.243 mil millones de yuanes, y cuyos inversores sumaron 73.360 mil; se emitieron 20 tipos de acciones A y 2 tipos complementarios, que recaudaron 33.800 millones de yuanes, así como 24 tipos de acciones H, que recaudaron 154.500 millones de yuanes.
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