En el desarrollo económico y social de 2009 hemos de llevar a efecto en todos los aspectos el espíritu del XVII Congreso Nacional del Partido y el de la III Sesión Plenaria del XVII Comité Central del mismo, tomar como guía la teoría de Deng Xiaoping y el importante pensamiento de la “triple representatividad” y aplicar a fondo la concepción científica del desarrollo, con el propósito de mantener el crecimiento económico estable y relativamente rápido a partir de la ampliación de la demanda interna, mejorar la capacidad de desarrollo sostenible por medio de un cambio de la modalidad de desarrollo y un reajuste estructural acelerados, acrecentar el vigor y la fuerza motriz del desenvolvimiento económico y social a través de la profundización de la reforma y la apertura y solventar con mayor diligencia, mediante el fortalecimiento de la construcción en el ámbito social, los problemas espinosos o candentes relacionados con los intereses de las masas, promoviendo así un desarrollo tan bueno como rápido de la economía y la sociedad.
De acuerdo con esta exigencia, en torno a la tarea primordial de sostener el desarrollo estable y relativamente rápido de la economía, y en consideración de la necesidad de integrar la velocidad con la calidad, la estructura y la rentabilidad, equilibrar la economía interna con la externa y coordinar el desenvolvimiento económico con el social, así como en conexión con el Documento Guía del XI Plan Quinquenal, formulamos los siguientes objetivos principales para el desarrollo económico y social en 2009:
- Mantener estable y relativamente rápido el crecimiento de la economía, aumentando el producto interno bruto en alrededor del 8%. Al plantear continuar con este porcentaje como meta de dicho incremento, lo hacemos principalmente para prevenir que baje en exceso, tarea que corresponde a la necesidad objetiva de salvaguardar los intereses generales del Partido y del Estado en su labor y los vitales de las amplias masas populares, y que favorece afianzar las expectativas sociales, fortalecer la confianza en el desarrollo, ampliar el empleo tanto urbano como rural, aumentar los ingresos de la población y mantener la estabilidad social. Por otra parte, ésta no es una meta baja, sino que más bien requiere un fuerte soporte de la política macroeconómica y un trabajo sólido y eficaz en una situación de merma en el crecimiento de la economía mundial, presentación compleja y cambiante del entorno exterior y aumento notable de las contradicciones internas. Por supuesto, lo que perseguimos es un desarrollo que busque la calidad y la rentabilidad, que considere al ser humano como lo primordial y que sea integral, coordinado y sostenible.
- Optimizar en mayor medida la estructura económica. Vamos a intensificar la innovación autónoma, acrecentar en determinada medida el peso del sector terciario, elevar el grado de concentración de los sectores productivos, eliminar en mayor proporción la capacidad de producción obsoleta, hacer el desarrollo regional aún más coordinado y reducir en mayor margen el consumo de energía por unidad de producto interno bruto, la emisión de dióxido de azufre y la asociada con la demanda química de oxígeno. Con la propagación incesante de la crisis financiera internacional y la existencia de múltiples contradicciones y problemas en el país como gran telón de fondo, sólo transformando el reto en oportunidad, traduciendo la presión en fuerza motriz, integrando orgánicamente la garantía del crecimiento, la ampliación de la demanda interna y el reajuste estructural, acelerando la optimización de la estructura económica y el cambio de modalidad y la actualización de las empresas, eliminando la capacidad de producción obsoleta y reorganizando los elementos de producción será posible elevar de continuo la calidad y la rentabilidad del desarrollo y reforzar la competitividad de los sectores productivos y su capacidad de desenvolvimiento sostenible. La formulación de esta meta combinada tiene precisamente la finalidad de orientar a las diversas partes para que, a la hora de sostener el crecimiento económico estable y relativamente rápido, cambien con empeño el modelo de crecimiento, aceleren la reestructuración económica, intensifiquen la labor de ahorro energético y reducción de emisiones contaminantes, fomenten con rigor el cambio de modalidad y la actualización de las empresas y potencien la capacidad de reacción de las mismas, realizando así un desarrollo tan bueno como rápido.
- Garantizar de manera adecuada la vida del pueblo. Aumentaremos el empleo urbano en 9 millones de personas, cifra que en el trabajo real intentaremos que sea algo mayor para no dejar por encima del 4,6% la tasa de desempleo registrada en este ámbito. La renta per cápita neta de los campesinos y la disponible de los habitantes urbanos se incrementarán en un 6% en términos reales. La población rural necesitada se reducirá en más de 2 millones de personas. Y se controlará la tasa de crecimiento demográfico vegetativo dentro del 7‰. Todo esto se debe a la consideración fundamental de que cuanto más difícil sea la situación mayor atención será necesario prestar a la vida del pueblo, lo que es muy importante tanto para ampliar la demanda interna y fomentar el crecimiento como para fortalecer la convicción y la determinación de toda la sociedad de vencer las dificultades. A pesar de la severa situación laboral producida por la actual dificultad de una parte de las empresas en la gestión, por el continuo aumento de nueva mano de obra y, en especial, por el constante incremento del número de graduados universitarios en el presente año, será posible alcanzar la meta de mayor empleo urbano mediante la aplicación de una política de colocación aún más activa, el incremento omnidireccional en puestos de trabajo y el refuerzo del servicio y la capacitación para el empleo. En vista de la restricción al crecimiento de los ingresos en efectivo originada por una mayor dificultad que tienen los campesinos en busca de trabajo debido al impacto de los cambios en el entorno económico de dentro y fuera del país, y ante la existencia de algunos factores de incertidumbre en los precios del cerdo, el algodón, la soja y otros productos agrícolas principales, no son optimistas las perspectivas de este año para acrecentar los ingresos de los habitantes tanto urbanos como rurales, sobre todo de los campesinos. Sin embargo, podrá alcanzarse la meta prevista para este incremento a medida que se va a reajustar con mayor intensidad el marco de distribución de la renta nacional, llevar paso a paso a la práctica efectiva las políticas y medidas conducentes al aumento de ingresos de la población y ensanchar sin cesar el canal de empleo de la mano de obra rural y el espacio para dicho incremento en el seno del campo.
- Controlar el alza del índice general de precios al consumo en torno al 4%. Al formular esta meta, no sólo hemos tomado en cuenta los factores de crecimiento ralentizado de la demanda global, mayor contradicción provocada por la oferta superior a la demanda y mayor presión a la baja de los precios a corto plazo, sino que también hemos considerado otros como los de reforma tarifaria impulsada a paso firme y ascenso implacable en el coste de la fuerza laboral, de los recursos y del medio ambiente, así como la necesidad de orientar las expectativas del mercado y asentar la confianza en el mismo.
- Mejorar de continuo la situación de la balanza de pagos. Vamos a mantener un incremento estable en las exportaciones, ampliar aún más las importaciones, agilizar el desarrollo del comercio de servicios y elevar en determinada medida la capacidad y nivel de la disposición efectiva de recursos globales, fortaleciendo las nuevas ventajas en la competencia internacional. El valor total de las importaciones y exportaciones subirá un 8%. La utilización de capital externo mejorará en su estructura regional y sectorial, y la inversión en el extranjero aumentará con paso seguro. La realización de esta meta no sólo constituye una necesidad real de garantizar el crecimiento y el empleo, sino también un requisito importante para reajustar la estructura e incrementar la rentabilidad. Pese al severo ambiente económico internacional, la contracción del mercado mundial y la resucitación del proteccionismo comercial en la actualidad, nuestro país sigue contando con notables ventajas comparativas en la competitividad planetaria gracias a la abundancia de nuestros recursos humanos, la elevación continua de su calidad, el acelerado progreso tecnológico y la creciente capacidad de las empresas para hacer frente a los cambios del mercado, por lo que será posible aumentar de forma constante la competitividad de nuestra economía en el plano internacional y su capacidad de resistencia a los riesgos, y asegurar y ampliar su participación en el mercado universal, siempre que sepamos aprovechar la coyuntura favorable de reajuste de la división del trabajo en el mundo, ensanchar con persistencia la apertura al exterior, cambiar el modo de desarrollo de la economía exterior y tomar un camino de desarrollo intensivo, diversificado y basado en ganar por calidad.