China se comprometió hoy jueves a aplicar una política de empleo más activa este año para contrarrestar el desempleo causado por la crisis financiera global a través de la inversión de 42.000 millones de yuanes.
El gobierno promoverá al máximo el papel que desempeñan en la absorción de mano de obra el sector de servicios, las industrias intensivas en mano de obra, las pequeñas y medianas empresas y las compañías de propiedad no-pública, precisó el primer ministro chino, Wen Jiabao, en un informe sobre la labor del gobierno presentado ante la sesión anual de la legislatura nacional, inaugurada esta mañana en Beijing.
"Promoveremos el empleo por todos los medios", resaltó el primer ministro, quien añadió que se dará prioridad al impulso del empleo de graduados universitarios y trabajadores migrantes procedentes de las áreas rurales.
Estos dos grupos fueron los más afectados por los efectos de la crisis financiera, que redujo la demanda de empleo en China, hasta ahora la economía con el mayor ritmo de crecimiento del mundo.
Además, el gobierno ofrecerá prestaciones de seguridad social y subvenciones por puesto de trabajo a los graduados universitarios que acepten empleos en la administración y los servicios públicos a nivel local.
El informe presentado por el primer ministro chino precisa que aquellos que trabajen en las zonas rurales o que se alisten en el ejército tendrán derecho al reembolso de los gastos de matrícula y al perdón de préstamos estudiantiles.
Por otra parte, el gobierno chino instará a las universidades, los institutos de investigación y las empresas que lleven a cabo proyectos clave de investigación a contratar a graduados cualificados.
Según el informe de trabajo sobre la labor del gobierno, China acelerará la creación de polígonos industriales para emprendedores y centros de "incubación", que requieren menos inversión y permiten obtener resultados más rápidos, con el fin de ayudar a los graduados a establecer sus propios negocios.
Además, el gobierno China promoverá la inversión gubernamental y lanzará proyectos a gran escala para ampliar las fuentes de empleo para los trabajadores migrantes procedentes del campo.
El documento establece que el ejecutivo chino instará a las empresas con dificultades a evitar despidos a través de la negociación salarial, la adopción de unos horarios laborales más flexibles y la puesta en marcha de programas de formación para sus trabajadores.
También se incrementará la exportación de servicios laborales organizados y se guiará el desplazamiento ordenado de los trabajadores migrantes rurales.
Cerca de 20 de los 130 millones de trabajadores migrantes procedentes del campo regresaron a sus lugares de origen en situación de desempleo el año pasado, cuando la tasa de crecimiento económico del país cayó al 9 por ciento, el nivel más bajo de los últimos siete años.
Además, más de 7,1 millones de graduados universitarios buscarán trabajo en 2009, incluyendo a aquellos que no consiguieron un puesto de trabajo el año pasado.