Yasin Li recibe al nuevo chef sirio en su oficina

 

Amor árabe

En realidad, los artículos principales que comercializa Yasin son túnicas árabes para hombres y sus clientes proceden de Arabia Saudita, Kuwait, Yemen y Siria. En China, ha invertido en la construcción de varias plantas para su fabricación. Además, hace algunos años empezó a confeccionar y exportar vestidos para mujeres árabes. Solo en 2016 vendió 50 contenedores. En los últimos años, la venta de estos vestidos ha reportado 15 millones de dólares. Cada año, Yasin debe viajar más de 3 meses a diferentes países por trabajo.

En 2016, importó 4 contenedores de alfombras turcas y las vendió a familias del noroeste de China. Según él, este tipo de alfombra es muy difícil de producir en China por su color y detalles que requieren equipos avanzados turcos. Por esta razón, es muy apreciada en China.

Todo no queda ahí, Yasin tiene planes de establecer una tienda de alimentos orgánicos con productos como miel de Yemen y azafrán de Irán.

Este graduado de la Facultad de Árabe de la Universidad de Estudios Internacionales de Beijing en 1994 cuenta con más de 20 años de experiencia, tanto en el sector empresarial público como privado, principalmente con los países de Medio Oriente. Su educación, su trabajo, socios y amigos lo han hecho enamorarse de la cultura árabe.

Cuando estudiaba en la universidad, se decidió por el idioma árabe debido a su predilección por Las mil y una noches. Después de años en contacto con el mundo árabe, ha ido cambiando poco a poco sus costumbres de vida. Por ejemplo, considera que los alimentos árabes son muy sanos y naturales, por eso tiene muchas ganas de presentarlos a los chinos. Por ahora, su idea es abrir un restaurante de comida árabe en Tianjin y, para ello, ha contratado a un chef sirio con el fin de ofrecer delicias de Siria, Líbano, Italia, así como postres típicos árabes.

Pese a que sus negocios están muy vinculados con el mundo árabe, debido a la guerra hace muchos años que no viaja a Siria. Ante la pregunta de si quiere regresar a Alepo, responde: “claro que sí, pero después de la guerra”.