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spanish.china.org.cn | 11. 05. 2017 | Editor: Eva Yu | [A A A] |
Empleados de la fábrica de jabón de Alepo
Sin embargo, frente al éxito surgió el problema de la falsificación. “En mi oficina hay varios jabones de oliva falsos y de mala calidad. Los colecciono para alertar a la gente”, apuntó Yasin. El jabón puede encontrarse en muchos países árabes, pero este empresario solo lo importa de Siria, de una antigua fábrica de producción artesanal que cada año exporta un millón de yuanes. Se trata de una gran empresa familiar que empezó con el negocio en los años 50 del siglo pasado y tras dos generaciones sigue funcionando, exportando sus jabones a países europeos como Alemania.
Antes de la guerra, la firma, fuera de su planilla fija, contrataba a mucho personal temporal en tiempo de cosecha de los olivos; de lo contrario, no se daba abasto con los pedidos. Sin embargo, la ruina de las ciudades ha bajado el ritmo del negocio. Previo al conflicto, existían más de mil fábricas de jabón de oliva solo en Alepo, ahora la mayoría se ha trasladado a Tartús, a unos 80 kilómetros de la ciudad. Según Yasin, las pérdidas fueron cuantiosas puesto que se dejaron de lado herramientas de producción tradicionales como los moldes a mano los cuales fueron sustituidos por máquinas.