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spanish.china.org.cn | 18. 02. 2017 | Editor: Elena Yang | [A A A] |
Ellos practicaban kung-fu juntos en la montaña y se enamoraron gradualmente para luego casarse.
El kung-fu ha ayudado a Zhang a enfrentar a ladrones. Una vez se cruzó con tres ladrones en una montaña, a quienes gritó: "¿Van a pelear conmigo?". Después derribó a dos de ellos antes de que pudieran reaccionar. El tercero, al darse cuenta de que no tenía oportunidad, huyó con rapidez.
El kung-fu le ha dado brazos fuertes, lo que le permite cocinar en ollas grandes. Considerada la mejor cocinera del poblado en la década de los 70, alguna vez preparó hasta 52 platillos para un sólo banquete. Ahora, con más de 90 años de edad, todavía puede enhebrar una aguja por sí misma.
Practicar kung-fu es una tradición en su familia. Zhang ha enseñado kung-fu a sus hijos, nietos y bisnietos.
"Practicamos kung-fu por razones de salud y defensa personal", dijo Feng Chuanyin. "Mi mamá nos dice que atacar a otros es completamente inaceptable".
La abuela desea enseñar kung-fu a las nuevas generaciones para transmitir ese arte marcial.