El presidente del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura Jin Liqun.

Jin, ex viceministro de Finanzas y ex funcionario del Banco Mundial y del Banco Asiático de Desarrollo, se muestra optimista a pesar de las recientes tensiones.

"Podemos trabajar muy bien juntos”. Funcionarios de alto nivel en el gobierno estadounidense, demócratas y republicanos, han elogiado la existencia de la nueva entidad bancaria. "Los comentarios positivos sobre el banco me llenan de energía”.

El Banco Asiático de Inversión en Infraestructura se vio fortalecido con el ingreso a sus filas del Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. Otros aliados de Washington como Australia, Corea del Sur y Canadá les siguieron. Los únicos que se mantienen al margen son Estados Unidos y Japón.

Los primeros proyectos de la institución van desde la renovación de un barrio periférico en Indonesia hasta un nuevo conducto que une yacimientos de gas en Azerbaiyán con varios mercados en el sur de Europa vía Turquía.

El banco prestó $1.730 millones en 2016, lo que superó el objetivo inicial de $1.200 millones. Jin subrayó que el 75% de los proyectos se han propuesto y se han financiado en conjunto con otros prestamistas, entre ellos el Banco Mundial con sede en Washington, el Banco Asiático de Desarrollo en Manila y el Banco Europeo para la Reconstrucción y Desarrollo en Londres, mientras que la institución que preside seleccionó el resto.

La institución continuará colaborando de cerca con estas entidades multilaterales mientras mejora su propia capacidad y se esfuerza por incrementar sus egresos, apuntó Jin.

"El conducto aumenta”, y la prioridad del banco es “contar con un mejor equilibrio en las distintas regiones, países y sectores”, añadió.

Jin, uno de los primeros posgraduados en estudiar literatura inglesa tras la Revolución Cultural China (1966－1976), habla inglés y francés con fluidez y tradujo al chino en 1996 The House of Morgan, un libro sobre el imperio JP Morgan por el autor estadounidense Ron Chernow. Así también sirvió como presidente supervisor del fondo de riqueza del país.

Ahora, confía en que la economía nacional irá por buen camino durante su transición hacia nuevos motores de crecimiento.

"China enfrenta un buen número de desafíos, particularmente en lo que a reestructuración de su economía se refiere, trasladándose de una excesiva dependencia en sectores externos hacia el consumo interno, esto pasa por la mejora en la eficiencia de su economía y no solo el simple incremento de las cifras de desarrollo”.

Las fábricas y el ramo de servicios culminaron un año de fortalecimiento de varios indicadores. Sin embargo, todavía quedan algunos riesgos: Aumento de la presión sobre el yuan, el incremento de la salida de capitales y la posible concretización de las amenazas de Trump en cuanto a medidas punitivas para las exportaciones chinas.

Las reservas en moneda extranjera cayeron por sexto mes en diciembre lo que dio un descenso total de $320.000 millones. El gobierno anunció recientemente la implementación de nuevas medidas que incluyen requerimientos extra par los ciudadanos que cambien yuanes a otras divisas.

"Algunos pasos para lidiar con este tema en mi opinión son necesarios. Espero que las cosas se estabilicen muy pronto y el pánico en algunos inversionistas se disipe”, reiteró Jin y dijo además que el panorama de la economía mundial este año es más positivo que en 2016.

"Si te fijas en la recuperación cíclica en el corto plazo y en la tendencia a largo plazo, estos dos factores parecen ir bien”, recalcó el banquero.

"Esto a mi entender favorecerá la inversión en infraestructura tanto en mercados emergentes como en países desarrollados, los que a su vez ayudarán a un crecimiento sostenido. Es gratificante saber que incluso en Estados Unidos quieren gastar más en este sector”, concluyó.