Aunque China es reconocida por su té, aún le falta desarrollar la conciencia de marca y el manejo de los costos. Así, uno suele pagar más de mil yuanes por una caja de té, pero la realidad es que su contenido no vale más que el granel, lo que incrementa el costo es el paquete. “Por eso deseo que todos los amigos que gustan de esta bebida puedan comprar un té de buena calidad y apariencia a un precio adecuado. Para ello decidí introducir el té japonés al mercado chino”, relató.

Después de años de gestión, este empresario descubrió que su producto tenía mucha aceptación entre los jóvenes. Su clientela objetivo son oficinistas de sexo femenino de entre 22 y 36 años, en el orden del 67%, seguido de la franja entre 18 y 22 años con el 26%.