
También entre el mundo de las plantas encontramos olores pestilentes, algunos de los cuales imitan el olor de la carne podrida o lo excrementos para atraer a los insectos y esparcir así sus semillas. Este es el caso de la Rafflesia Arnoldii, en el sudeste asiático. Pertenece a un grupo de plantas parasitarias llamadas flores cadáver, que son difíciles de encontrar puesto que carecen de tallo visible, hojas o raíces. Pero al florecer es imposible no verla, pues tiene la flor más grande del mundo y emite un fuerte olor a carne podrida para atraer a las moscas.