Ríos y humedales

Los ríos de Bashang son los continentales, que se secan frecuentemente. En la estación de lluvias, los torrentes se juntan a los ríos, formándose “Nao”, que es el fango. El mayor Nao se encuentra en el territorio de Shangyi y Zhangbei, llamados Chahannao y Angulinao. El mayor río que termina en los mares es el Río Luan, que tiene su origen en Fengning y corre Guyuan (donde se llama Río Shandian) y Lanqi (donde se llama Río Shangdu). Después de entrar en Duolun, sigue el flujo hasta Fengning y Weichang. El número de fango y presas supera los cien. Los grandes incluyen el Chahannao de Shangyi, Angulinao y Huanggainao de Zhangbei, presa Río Shandian de Guyuan, humedales de Fengning, Lago de la Luna y Jiangjunpaozi de Weichang. En estas aguas crecen las peces naturales, la mayoría de las cuales son carpas. Alrededor de las presas y fangos son humedales, con abundantes hierbas. Por eso se ven frecuentemente los cisnes y urracas.

La Pradera Bashang constituye una parte importante de la Meseta Bashang. Es agua es muy clara, con las hierbas exuberantes, y rebaños de ovejas. El ambiente ecológico es excelente. En el idioma mongol, se llama “Hailiutu”, que significa lugar rico en agua e hierbas. En Bashang, hace buen tiempo, se ven las hierbas verdes y rebaños de ovejas. Los caballos corren frente a los montes ondulantes y aguas corrientes. La zona lindante a Bashang son bosques densos, donde se puede encontrar los manjares exquisitos salvajes. Al entrar en Bashang, se siente la frescura inmediatamente. Los verdes terrenos bajos y herbosos están decorados con las flores salvajes. El sol brilla entre las hojas del abedul. El Río Shandian parece un cinturón de jade y fluye tranquilamente. Los rebaños de vaca, caballo y oveja buscan sus comidas, acompañados con los cantos de los pastores y pájaros. Todo ofrece una vitalidad infinita a la pradera.

No hace mucho calor en el verano en la Pradera Bashang, el clima es agradable y fresco. Las flores tienes los colores distintos, que cambian en las cuatro estaciones, e incluso son diferentes en la mañana y en la noche. Al llegar la noche, se encienden las hogueras. Uno puede conversar, cantar y bailar con los turistas de todos los rincones del mundo, o simplemente sentarse solo en la pradera, disfrutando del momento solitario. Al levantar, lo que pisa son los suaves fieltros de hierbas naturales, y lo que oye es el canto de los pájaros. Se puede contemplar la salida del sol, ver el verde de las plantas y salen los caballos, ovejas y vacas. Todo ofrece el encanto de las praderas.