Festival del Dios de fuego

Es un festival del pueblo Ewenke que viven cerca de Suolun, en la prefectura Hulunbuir de la Región Autónoma de Mongolia Interior, que cae el día 23 de diciembre en el calendario lunar. Durante el festival, todas las familias deben matar una oveja, y tuestan la cabeza y el pecho de la oveja para ofrecerlos al Dios de fuego. Todos los miembros de la familia rinden culto al dios, y luego disfrutan de la deliciosa carne de la oveja.

Según una leyenda, antes el pueblo Ewenke no sabía cómo usar el fuego. Un cazador entró por casualidad en una gran cueva donde había muchas serpientes. Cuando salió de la cueva, ya pasó muchos años afuera. En ese momento, ya pudo entender el idioma de los dioses. El cazador vio dos casas, una de los ricos y otra de los pobres. Visitó la casa de los pobres, y oyó las palabras del Dios de fuego, que dijo que iba a castigar el rico codicioso. En la noche, el dios le castigó como dijo. El cazador dijo la realidad a los ganaderos pobres. Más tarde los ganaderos empezaron a respetar al Dios de fuego y asignaron el 23 de diciembre como el Festival del Dios de fuego.

Ofrecer Hada

Es un protocolo de respecto para el buda o en los contactos interpersonales de las etnias tibetana y mongol. Según los materiales, el Hada se puede dividir en tres tipos: el Hada ordinario, el Hada de calidad media y el Hada de calidad superior. El Hada ordinario es producto de algodón, llamado “Suxi”. El de calidad media utiliza la tela y se llama “Axi”. Mientras el de alta calidad es producido por la tela de calidad superior, cuyo nombre es “Langcui”. La longitud también es diferente: los largos miden más de 3 metros y los cortos, alrededor de 1 metro. El color principal es blanco, además hay el amarillo y el azul claros. Se ofrece el Hada en los festivales, al recibir y despedir a los huéspedes, al encontrarse con los amigos, expresar respeto a los viejos o a los budas. La persona que va a ofrecer el Hada muestran las palmas hacia el cielo, y toman el Hada entre el dedo índice y el pulgar, para que los dos extremos del Hada se cuelguen. Para ofrecerlo a los viejos o huéspedes distinguidos, la persona debe agacharse y bajar la cabeza, sostener el Hada sobre la cabeza y ofrecerlo al otro para que lo reciba. Para ofrecerlo a los de la misma generación o de nivel inferior, la persona lo pone sobre el cuello del otro simplemente. Los dos necesitan saludarse y expresar las felicidades al ofrecer y recibir el Hada.