Por Jorge Fernández Montes

La visita del presidente Xi Jinping a Argentina resalta de las otros países sudamericanos por la naturaleza de uno de sus convenios: Una inversión multimillonaria para la construcción en Argentina de una cuarta central atómica.

El acuerdo apuntala también la decisión de ambos países de elevar la relación a una Asociación Estratégica Integral, sentando los cimientos de un nuevo capítulo en la cooperación energética nuclear entre China y un país latinoamericano.

Argentina ha hecho ingentes esfuerzos, en medio de un oscilante desempeño económico y “fondos buitres”, para desarrollar proyectos de infraestructura, incluida aquella destinada a la generación de energía.

China, por su parte, ha demostrado un profundo interés en participar en la financiación de infraestructura para la generación de energía, destacándose la financiación de represas hidroeléctricas y una central atómica, mismos que otorgan a la relación sino-argentina un lugar estratégico especial.

Las necesidades energéticas de China y sus reservas millonarias, en conjunción con las dificultades de Argentina para encontrar un acuerdo equitativo con las instituciones financieras internacionales, ofrecen condiciones para que las relaciones sino-argentinas encuentren un nicho que profundice la tendencia hacia el beneficio compartido.