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spanish.china.org.cn | 22. 02. 2014 | Editor: Eva Yu | [A A A] |
Junto con los enfoques que harán posible la urbanización, habrá que replantearse las reformas que habrán de desplegarse a fin de motivar al residente campesino a embarcarse en un proyecto familiar a gran escala en la ciudad. Sin incentivos -- entorno laboral protegido por la legalidad, educación para los hijos, seguridad social, vivienda o un sistema de jubilación--, los fines más nobles de la urbanización podrían quedar en sueño e impedir el éxodo rumbo a las grandes ciudades orientales.
A la par de las reformas que alienten el flujo hacia distintos polos, el capital destinado a estimular la proliferación de los proyectos de urbanización deberá contar con un entorno favorable que permita, como regla general, encontrar canales propicios para la inversión. Sin la participación del gobierno en la edificación de un ambiente de mercado adecuado y favorable, será difícil que los recursos financieros consigan estimular la liberalización de las fuerzas sociales.
La urbanización busca impulsar la economía, pero la materialización de un proyecto de esta envergadura no debe poner en peligro ni al individuo ni a la nación. La gestión de terrenos no deberá subestimar la demarcación clara, concisa y legal de los terrenos arables y de aquellos destinados para los proyectos de urbanización. La así llamada “línea roja” es uno de los pilares fundamentales que permitirán un equilibrio sano entre la producción agrícola y los beneficios generados por la urbanización.
Todo urbanización --y la migración que en ella hay implícita--, reviste un reto para el medio ambiente, el ecosistema, la conservación de patrimonios culturales tangibles e intangibles. La urbanización de la capital y las ciudades costeras florecieron hace una veintena de años en medio de un sistema de bonanza sorprendente e inédito, con daños colaterales aparejados a la inexperiencia y la obnubilación del bienestar. Pero ahora, a tres décadas y media de la incepción de la política de reforma y apertura, sería inaceptable incurrir una vez más en los errores del pasado.
La urbanización no sólo demanda una planificación ordenada y coherente con las necesidades y sueños de la población, sino que también requiere de la inexorable protección de un sistema legal que haga que la urbanización tome al individuo como lo principal. Un andamiaje legal y reformista permitirá que la liberación de los deseos reprimidos impulsada por el presidente Xi pase del Sueño Chino a la realidad de China.
Jorge Fernández Montes es periodista adscrito al Buró de Expertos Extranjeros de China.
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