El Valle de Rocas Rojas es largo y estrecho. Yu Xiangjun

Valle de Rocas Rojas

Efectivamente, al día siguiente nos recibieron los brillantes rayos del sol. Subimos al primer carro eléctrico para turistas que iba al Valle de Rocas Rojas, el paisaje más hermoso e impresionante de toda la montaña.

Por el nombre ya podemos saber que es un lugar lleno de piedras rojas, efecto ocasionado por los movimientos de la corteza terrestre 1.400 millones de años atrás, cuando esta zona se elevaba entre la playa y la montaña y las rocas se enrojecieron por efecto de la oxidación del hierro que contienen. Algunos tiemblan de miedo al mirar hacia el fondo del valle desde el puente que lo atraviesa. Las paredes del valle parecen haber sido cortadas a cuchillo. Tras la lluvia de la víspera, las rocas estaban especialmente rojas y contrastaban con la vegetación que crecía entre ellas. En el lago que hay en el valle se reflejaba el color verde como una esmeralda y mostraba una belleza sin par. El valle es tan profundo que los turistas allí abajo parecían hormigas.

El flujo de turistas aumentó pronto, congestionando las curvas y las escaleras empinadas. El estrecho camino era particularmente resbaladizo tras la lluvia. Avanzamos con sumo cuidado.

Un sinnúmero de caudales pequeños caen al valle. CFP

Casi de inmediato desapareció el sofocante calor. Según el guía, es un valle recto de 2.000 metros de largo y 80 metros de profundidad, que mide 10 metros en su punto más ancho y solo tres en su parte más estrecha. Esta estructura protege al valle, resguardándolo del calor del verano y del frío invernal, manteniendo un clima templado. A lo largo del año, la piscina mantiene una temperatura de unos 10 grados centígrados.

El pasadizo turístico está escavado a media altura del acantilado, las paredes rocosas determinan su anchura y limitan su altura. En algunos tramos tuvimos que agacharnos mientras caminábamos a pequeños pasos. En varios puntos pensamos que el pasadizo había sido cegado, pero al doblar una esquina se abría un nuevo mundo con una gran panorámica que nos daba la sensación de caminar en el aire.

Estanque transparente. CFP

En el valle vimos numerosos manantiales, cascadas, estanques y arroyos. Brillantes chorros de agua corriendo por la montaña, convergiendo en grandes caudales o cascadas en la mitad de su curso. A lo largo del camino se distribuyen nueve lagunas grandes, todas con nombres de dragones. En China esta mítica criatura es el dios de la lluvia y por lo tanto se relaciona con casi todos los ríos, lagos, mares y otras masas de agua.

El recorrido por el valle parece una exploración por la belleza de la naturaleza, sobre todo la del agua. Una hora y media más tarde estábamos de regreso en la salida del valle. En nuestro camino hacia el autobús vi una morera salvaje cargada de frutos. Cogí unos cuantos. Nos pareció que sabían mucho mejor que los del supermercado.