Función de taijiquan en el parque. Yu Xiangjun

Montaña lavada por las lluvias

El viaje en tren de Beijing a Jiaozuo dura ocho horas. El tiempo se me pasó volando charlando con los compañeros. Después de que el tren llegase a la estación, seguimos el viaje a la montaña en autobús.

Al mismo tiempo, las nubes ocultaron el sol y del cielo nublado comenzaron a caer gotas. Las gotitas golpeaban cada vez más fuerte las ventanas del autobús. La lluvia cesó cuando empezamos a preocuparnos por si el mal tiempo iba a arruinar nuestro plan de visita en los días posteriores, y poco después el sol volvió a salir. Fue una de las frecuentes turbonadas veraniegas del norte de China, tal y como un refrán chino dice: el clima de verano es tan impredecible como el humor de un bebé, cambia de estado de ánimo a cada instante.

Ya era tarde cuando llegamos a la montaña. Después de registrarnos en un hotel pudimos disfrutar de una rica cena. Los platos ofrecidos tenían los ingredientes locales más famosos, la Rehmannia (rehmannia glutinosa libosch), la rodilla Ox (achyranthes bidentata), el Seno Crisantemo y el ñame. Estos ingredientes también sirven para hacer medicinas. Particularmente este es el caso del ñame, relativamente delgado y duro, también llamado “palito de hierro”. En el siglo XVI fue seleccionado como tributo para la corte imperial.

La lluvia retomó después de que cayese la noche. A lo lejos, la silueta de la montaña estaba cubierta por la niebla. Antes de dormirme rogué para que al día siguiente tuviéramos buen tiempo.