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Francia recibe entre 25-30 por ciento de más visitantes chinos que Gran Bretaña
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La creciente marea de turistas internacionales chinos puede bañar destinos como Francia y Estados Unidos, impulsar los negocios minoristas y la hostelería (e incluso a los agentes inmobiliarios), pero Gran Bretaña es un mercado que tiene aún mucho camino por recorrer para capitalizar este importante y creciente grupo demográfico. Pese al gran interés –que roza la obsesión entre algunos chinos urbanos— en Gran Bretaña, un prolongado tira y afloja sobre la política de visados del país europeo continúa limitando la entrada de los chinos. Mientras el secretario de Cultura, Jeremy Hunt, aboga por la agilización del proceso de visado para aprovechar a los chinos que gastan a manos llenas y reducir la diferencia respecto a Francia (que actualmente recibe entre 25-30 por ciento más de visitantes chinos), la secretaria de Interior, Theresa May, ha bloqueado los intentos de Hunt, aludiendo “una amenaza para la seguridad nacional”.
Aunque la agencia turística británica VisitBritain predice un incremento del 113 por ciento del número de viajeros chinos (excluyendo a los de Hong Kong) para los próximos ocho años, la cifra de menos de 110.000 viajes de turistas chinos a Gran Bretaña en 2011 es una gota en un cubo comparado con los más de un millón que visitaron París.
Como explicó el diario The Guardian esta semana, “el principal problema para los turistas chinos es logístico – Gran Bretaña no está incluido en la visa Schengen, que permite el acceso a un grupo de países europeos como Francia y Alemania. Esto significa que se necesita de un completo proceso por separado para lograr entrar en Gran Bretaña”.