La fortificación cuenta además con un puente levadizo en la puerta principal. Levar el puente significa cortar la vía de acceso o salida a la ciudad. En la dinastía Ming esta fortaleza se convirtió en un gran y efectivo baluarte de defensa y en la actualidad es aún la que mejor se conserva entre todas las de su tipo.

El viejo bastión de Xi’an no solo muestra el talento con el que se concibieron las construcciones militares chinas de entonces, sino que aporta también una valiosa información para el estudio de la historia, los acontecimientos militares y las estructuras arquitectónicas.

La puerta es de gran importancia para el sistema defensivo de la ciudad, pero es una parte estratégicamente débil. En tiempos de paz constituye la vía que comunica las dos áreas separadas por la muralla, y en tiempos de guerra se convierte en el primer objetivo que ambas partes intentan controlar.

Consecuentemente, en algunos lugares se puso especial énfasis en su defensa durante la dinastía Ming, como rodearla por canal lleno de agua, de 20 metros de ancho y 7 metros de profundidad, así como un muro de dos metros de alto en la orilla interior. Existe una puerta enrollable que es considerada un gran avance en la tecnología defensiva y mejora considerablemente la efectividad de la defensa.

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